La expropiación de empresas estratégicas en Venezuela, que ha alejado a muchos inversores extranjeros del país petrolero en los últimos años, seguirá en la agenda del mandatario reelecto Hugo Chávez, dijo su vicepresidente en una entrevista con la agencia Reuters.
Durante sus casi 14 años en el poder, Chávez, que ganó otro mandato de seis años en las elecciones del domingo, desató una extensa ola de nacionalizaciones de compañías privadas, desde petroleras a una fábrica de inodoros.
Una de sus promesas de campaña fue poner un “cerrojo” para blindar su modelo socialista financiado por los dólares de las exportaciones petroleras a fin de lograr que todos los venezolanos tengan acceso a la educación, salud y vivienda.
¿Pero a qué se refería exactamente el mandatario?
“Fortalecer el control de elementos estratégicos de nuestra economía como la energía, la alimentación del pueblo, los insumos para la construcción”, explicó su vicepresidente, Elías Jaua, en entrevista con Reuters.
Chávez ha estado aumentando la injerencia del Estado en la economía desde que asumió en 1999 y no sólo con nacionalizaciones, sino también con controles de precios y la determinación de la tasa de cambio.
Venezuela es el país con las mayores reservas de crudo del mundo y Chávez ha sacudido las reglas internas de la industria para multiplicar la renta estatal y así alimentar un plan de subsidios a la población que le ha ganado popularidad.
Pero el lastre de esa política es una veintena de arbitrajes internacionales presentados por firmas petroleras, cementeras y mineras que reclaman indemnizaciones.
Antes de que Chávez asumiera el poder, Venezuela recibió en 1998 una inversión extranjera directa neta de 3.900 millones de dólares. Pero, desde entonces y hasta el año pasado promedió menos de 1.000 millones anuales, según datos del Banco Mundial.
Algunas firmas alimentos y financieras ya han recibido advertencias públicas de una posible expropiación por parte del mandatario, como la local Polar, la mayor productora de alimentos de Venezuela, y el banco Banesco.
En el sector alimenticio también operan en el país grandes empresas extranjeras como Nestlé, Unilever, Kraft Foods y Parmalat.
“No vamos a permitir que un grupo monopólico, un grupo con poder económico se atreva a chantajear políticamente a la sociedad”, sostuvo Jaua en referencia a las recurrentes denuncias del Gobierno sobre prácticas empresarias de especulación.
La palabra “exprópiese” ha sido el sello de muchos discursos de Chávez y equivale a una lápida para las empresas que a criterio del ejecutivo incumplen con los controles de precios, calidad o normas de protección ambiental.
Jaua, al que Chávez busca promover como candidato a gobernador del estado de Miranda en las elecciones regionales de diciembre, explicó que la ola de expropiaciones obedeció a las necesidades del Gobierno en momentos políticos determinados.
“Ellos (los empresarios) no pueden condicionar al pueblo sus decisiones políticas. Aquí hay un espacio, siempre y cuando se subordinen a la Constitución y los intereses de la nación”, sostuvo.