En diferentes sectores del norte de la ciudad perdieron la vida dos personas. El primer hecho se presume que ocurrió antes de las 6 de la mañana, en la vía hacia Duaca, específicamente en el kilómetro 17 en las adyacencias del motel La Villa.
A las 10 de la mañana tuvo lugar el hallazgo del cadáver. Estaba tirado boca arriba, en medio del monte. Se trataba de un joven que vestía zapatos deportivos, blue jeans, franela y chaqueta para protegerse del frío. Tenía puesta su gorra y casco; a sus pies estaba una bolsa con unas arepitas, cerca de sus brazos un bolso negro con ropa y a unos metros estaba tirada una motocicleta Empire roja de placas AA3H68J.
En la vía se notaba el frenazo: 30 metros rodó antes de caer.
Al lugar llegaron efectivos de Tránsito Terrestre creyendo que se trataba de una persona que había sido arrollada. Comenzaron a realizar todo su trabajo y sus mediciones, pero mayúscula fue la sorpresa cuando al voltearlo le observaron un disparo en la espalda. En ese momento dejaron todo como estaba y procedieron a llamar a efectivos del Eje Contra Homicidios del Cicpc.
Al poco rato llegaron los funcionarios de cuerpo detectivesco quienes se encargaron de hacer las pesquisas en el lugar. Olivia Arriechi, iba pasando por el lugar y al ver la moto se detuvo: era la de su ex pareja y se bajó para ver qué pasaba.
La dama rompió en llanto al corroborar que era Juan Leonardo Rivas (23) quien estaba tirado en el sitio. Comentó que estaba residenciado en el sector Quebrada de Oro, en el municipio Crespo, y desde hace años trabajaba como vigilante. “Hace seis meses se compró esa moto y seguro fue que lo iban a robar y él no quiso detenerse; por eso le dispararon. Hace dos meses que trabajaba en Yucatán como vigilante y a las 6 de la mañana entraba a trabajar. Debe ser cuando venía que lo atacaron”, comentó Arriechi con sus ojos llenos de lágrimas.
La mujer comentó que Rivas era una muy buena persona, que no tenía hijos pero le había criado a su hija quien actualmente tiene 13 años y la quería como si fuera su padre.
El cuerpo del vigilante fue levantado por los sabuesos y trasladado hasta la morgue del Hospital Central.
Lo mataron por negarsea entregar su moto
A las 8 de la mañana de ayer José Abrahán Pérez (42) salió de su casa ubicada en Uribana arriba, junto a su hermano Johander Pérez. Los planes eran ir a casa de su madre y luego a votar.
Los hermanos iban en una motocicleta Bera amarilla, propiedad de José Abrahán, pero era manejada por Johander. Cuatro kilómetros había recorrido cuando iban por el sector Páramo de La Rosa en Tamaca. Fueron alcanzados por dos sujetos que venían en una moto negra.
El que manejaba la moto era un sujeto de contextura gruesa, moreno, vestía blue jeans, así como una chaqueta azul con blanco, su parrillero era una persona alta, moreno, tenía una franela gris y pantalón beige. Éste se bajó de la moto y sacó una pistola indicando que se trataba de un atraco.
José Abrahán comenzó a discutir con el conductor de la moto negra. Se negó a entregar su vehículo pues en otras tres ocasiones lo habían despojado de la dos ruedas y las había perdido por completo. Tanto fue así que se fueron a los golpes y Johander reaccionó y se abalanzó sobre la persona que estaba armada y comenzaron a pelear.
Hubo un momento en el cual el sujeto armado soltó su arma y salió corriendo. Johander siguió corriendo detrás de él y en medio de la situación quien tenía puesta la chaqueta azul agarró la pistola y disparó en cuatro ocasiones hacia los hermanos Pérez.
Johander vio que José Abrahán caía al piso pero pensó que le habían dado en la pierna; siguió detrás de los hampones que hasta la moto negra dejaron abandonada pero no pudo atrapar a ninguno. Al devolverse vio que su hermano estaba mal herido y lo trasladó hasta el CDI de Tamaca en donde ingresó sin signos vitales, tras haber recibido un disparo en el hombro y otro en la cabeza.
La víctima fatal tenía ocho años trabajando como obrero en la compañía Pollo Souto, era el tercero de nueve hermanos. Sostén de hogar y con su muerte quedan tres niños huérfanos, dos varones de 10 y 8 años y una hembrita de 5 años. De los infantes, los dos menores con necesidades especiales de los cuales él se encargaba de atender todos sus requerimientos.
Por primera vez esta familia afronta una situación de este tipo. Piden que se haga justicia porque la víctima es una persona inocente, que de forma lamentable el hampa acabó con su vida.
Sabuesos del Cicpc iniciaron las averiguaciones de ambos casos y por la forma como se dieron los hechos, están manejando como móvil la resistencia al robo.
Karina Peraza Rodríguez
Fotos: Elías Rodríguez/Luis Salazar