#Opinión: Periodismo escolar por: Marcial Rossell

El periódico es el manual de lectura popular por excelencia. Por tradicional que sea el ejercicio, siempre, el periódico escolar, independientemente de su modalidad –impreso, multigrafiado, mural- engloba la actividad expresiva y comunicacional tanto del niño como del adolescente. Debe inscribirse y aceptarse como propuesta tangible e indispensable en la educación contemporánea.
Refiere el escritor y docente Jesús Rosas Marcano: “Fascinados por la invención de Gutemberg, en muchas escuelas primarias alemanas, los maestros entretenían a sus párvulos con imprenticas artesanales para consignar sus cuentos y sus poemas. En 1.890 el instituto francés Paul Robin hacia imprimir lo propio a los niños del asilo de huérfanos de Cemouis, en Oise, un departamento de Francia”.
A comienzos del S. XX, el Dr. Ovidio Decroly, médico y sociólogo Belga, editó entusiastamente periódicos escolares; de ellos el más prestigioso fue “El correo de la escuela” que inspiró al educador francés Celestino Freilet para crear y difundir su fórmula de la imprenta en la escuela, en 1.924.
Expresa Rosas Marcano en el prólogo que escribió para el libro Periodismo Escolar: “La fórmula establecida por Freilet para los periódicos escolares, se fundamento en el texto libre como contenido y en la imprenta escolar y el multígrafo artesanal como técnica de impresión liquidada”.
El Periódico Escolar debe ser una consignación espiritual, donde el alumno exponga para ser confrontado su deseo, sus temores, sus esperanzas y sueños.
“El Periódico Escolar es la vida de la clase, cuando esta se erige en verdaderos sitios de trabajo y de expresión”.
El niño se individualizará, cuando concentrado en su página, produzca la propia escritura. El inmediatamente se hará colectivo, cuando lea su producción al grupo; y cuando esta obra, integrada a la suma total del periódico, se haga realidad social, el alumno asumirá su existencia en la clase tanto por lo creado como por el sostenimiento de las verdades que ha escrito.
Finaliza el Prof. Rosas: “El periodismo estudiantil no debe ser caricatura de periódico adulto, que lo obligue a seguir los encabezamientos y estructuras convencionales con que ofrecen sus contenidos. Debe ser como un terreno virgen que en cada entrega se vuelve huerto, donde el niño pone –sin negarlas- sus angustias y sus penas y haga germinar sus alegrías y sus deseos”.
Estas expresiones tan interesantes sobre un tema poco tratado, puedo comunicárselas a los lectores de El Impulso, gracias a la colaboración de la Prof. Marina Azuaje. El desarrollo de este trabajo, facilitará a los educandos, redactar sus trabajos y resúmenes que se le van a presentar a lo largo de sus estudios. Si tiene vocación de escritor, con la práctica del periodismo escolar, tendrá una sólida base para continuar; igualmente si tiene vocación de poeta. De lo contrario, será un buen redactor. ¡A cultivar el periodismo escolar!
Marcial Rossell