Familias del barrio La Peña, en la parroquia Unión, sueñan con culminar sus casas. Hace cinco meses, aproximadamente, la Gobernación de Lara aprobó recursos para el proyecto de autoconstrucción y benefició, en un primer lote, a 13 familias.
María Suárez, vecina, habló acerca de las casas que actualmente se construyen en la parte alta de la Circunvalación Norte, sentido este-oeste, y corresponden a los grupos familiares que antes vivían en alto riesgo, en los bordes de la quebrada de esa comunidad.
Lo cierto del caso, es que los domicilios todavía no son habitados por completo, hace falta acelerar la construcción de los mismos, sólo que la mayoría de personas son mujeres y no les resulta tan fácil el oficio de albañilería. En este sentido, proponen que la Fundación Regional para la Vivienda (Funrevi) a cargo del proyecto, envíe al personal necesario para finalizar la primera parte de la obra habitacional y, de inmediato, seguir con la segunda fase.
“Nos llegaron los materiales para la segunda fase que incluye a 20 familias más, pero es de poquito en poquito como logramos construir las casas”, sostuvo la beneficiaria.
Mencionó además las incomodidades que viven en los ranchos de cinc, aunado a la falta de servicios públicos, indispensables para la supervivencia humana y comunitaria. Con ayudas de cisternas, por apenas mencionar un caso, almacenan en “pipas” y tanques lo necesario para los quehaceres del hogar.
Como este sector de La Peña, está un poco apartado, y se separa del resto de los residentes por la avenida Circunvalación Norte, a la altura de la Zona Industrial II, el suministro de los cisternas tiene un costo más alto. Entre 15 y 20 bolívares venden el llenado de una “pipa”.
Crece la demanda
Con el transcurrir del tiempo, otras personas de La Peña se han sumado a construir sus ranchos de cinc en el borde de la conocida avenida, aumentando con eso el déficit habitacional. Mileidy Rodríguez es una de las personas que recientemente se mudó al lugar, junto a sus dos pequeñas hijas de doce y nueve años.
Explica que no hay una casa o pieza en alquiler ajustado a sus ingresos económicos. De lo poco que obtienen a base del trabajo, alcanza sólo para comer y costear los estudios de sus hijas.
Exhortó al gobernador Henri Falcón, a objeto de que desarrollen un complejo urbanístico donde incluyan a todos y, de esta manera, mejore la calidad de vida de los habitantes, de lo contrario, seguirán sumidos en la miseria.
“Ojalá el Gobernador nos visitara pronto para que vea cómo las casas necesitan mucho todavía y también para que aprueben más recursos con el fin de ayudarnos a todos. Vivir en un rancho, no es nada fácil, menos si está ubicado en el cerro”.
Fotos: Ricardo Marapacuto