Trabajadores adscritos a la Dirección General Sectorial de Educación, ente dependiente de la Gobernación del estado Lara, afirman estar siendo vejados, tras las largas colas que tuvieron que hacer ayer viernes a las afueras del Teatro Juares en Barquisimeto para poder reclamar los tickest de alimentación que forman parte de sus beneficios laborales, y cuyo pago se ha visto atrasado.
En el lugar se pudo apreciar que sólo se había habilitado un pequeño espacio lateral para ingresar, de modo incómodo, a una de la muchas entradas que existen en el teatro, para hacer la entrega de los tickets a casi un total de cinco mil empleados, específicamente de los sectores educativo y administrativo, así como obreros, quienes laboran en diversos planteles en todos los municipios del estado Lara.
En cuanto al retraso en el sistema de distribución de los tickets de alimentación, algunos de los docentes afectados opinaron que deberían ser consignados mediante un pago en efectivo o través del otorgamiento de una tarjeta electrónica, tal como se hace con otros trabajadores a nivel nacional.
Muchos de los maestros, empleados administrativos y obreros presentes ayer afuera del Teatro Juares, calificaron la acción como un atropello, al tiempo que rechazaron la respuesta de los funcionarios del Palacio de Gobierno, lugar donde usualmente son entregados los cestatickets, quienes les indicaron que no podría cumplirse con la entrega del bono en ese lugar debido a los trabajos de remodelación que se efectúan actualmente en la sede gubernamental.
Elita Hernández, docente de la escuela básica estadal Alí Primera, dio a conocer que en el Palacio de Gobierno también alegaron que se estaba llevando a cabo una reunión importante que les impedía realizar la actividad de entrega del bono alimentario durante el día de ayer.
Por su parte, Daniel González, otro educador que labora en el mismo plantel, afirmó que esta acción constituía un maltrato contra los trabajadores de la DGSE, ya que debían hacer colas de hasta dos horas en el único día que les permitía retirar los tickets.
Otros empleados del sector educativo de la entidad centroccidental reclamaban a viva voz por las malas condiciones en las cuales estaban recibiendo su derecho contractual, mientras permanecían bajo el sol inclemente.
Sin embargo, no todos los trabajadores compartieron esta posición. De hecho, Héctor Rodríguez, quien labora como vigilante nocturno para el gobierno estadal, aseguró que la opción de recibir los tickets en el emblemático edificio culturall era muy buena idea.
En contraste, Gisela Sánchez, quien se desempeña como maestra en el preescolar Miranda Precursor, confirmó que un número considerable de trabajadores ya habían solicitado anteriormente que les cambiaran los tickets por una tarjeta electrónica de alimentación, pero indicó que esa petición nunca fue aprobada.
Fotos: Ángel Zambrano
