El mayordomo del Papa, Paolo Gabriele, juzgado por «robo agravado» de cientos de documentos confidenciales, fue condenado este sábado a un año y medio de cárcel por el Tribunal del Vaticano, tras un juicio relámpago sobre las filtraciones del caso «Vatileaks».
El Tribunal condenó al acusado a tres años de prisión, pero inmediatamente redujo la pena a la mitad.
Menos de una hora después de pronunciado el veredicto, el sacerdote Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede, estimó ante la prensa que es «muy probable» que el papa Benedicto XVI otorgue el perdón a su ex mayordomo.
Gabriele, de 46 años, permanecerá en arresto domiciliario a la espera de una eventual apelación de la defensa.
El presidente del Tribunal, Guiseppe Dalla Torre, explicó que la reducción de pena se produjo «por sus servicios» prestados al Papa Benedicto XVI, «su convicción, que el juez considera errónea, de servir a la Iglesia», «su conducta durante el proceso» y «su conciencia de haber traicionado al Papa».
Antes, el mayordomo, para quien el fiscal solicitó una pena de tres años de prisión, afirmó haber actuado «por amor a la Iglesia» y «no ser un ladrón».
Por su parte, la abogada de Gabriele, Cristina Arru, solicitó que el delito fuera reclasificado como «robo» con «apropiación ilícita» y pidió que, si los jueces seguían contemplando el delito de robo, Gabriele fuera condenado a la pena mínima prevista por ello, es decir, tres días de detención.
«Cometió un acto ciertamente condenable e ilícito, pero tenía la intención de ayudar y no de perjudicar a la Iglesia», dijo la abogada.
Sin embargo, Gabriele, que negó la acusación de robo agravado, único cargo presentado en este proceso, podría apelar, con lo que evitaría la cárcel en Italia.
Paolo Gabriele dijo que quería combatir «el mal y la corrupción» en el Vaticano.
¿El hombre a quien el Papa dijo querer como un hijo estaba condicionado por las críticas escuchadas en el entorno del Santo Padre?
¿O manipulado? ¿Tenía cómplices? Gabriele lo desmintió, pero Nuzzi en su libro «Sua Santita» («Su Santidad») afirma haber estado en contacto con unas veinte «gargantas profundas».
¿Qué es ese «gran descontento» evocado por el acusado? Tras el veredicto, que probablemente será recurrido por el mayordomo, el caso «Vatileaks» podría ser enterrado.
En contra de las hipótesis que presentaban a «Paoletto» como un personaje secundario, el mayordomo, de personalidad frágil e influenciable, es una figura central del caso.