Para los organizadores del acto de clausura de la campaña electoral del candidato presidencial de la Mesa de la Unidad, Henrique Capriles Randonski la avenida Venezuela fue un reto, porque es la más ancha de la ciudad: no sólo tiene los 8 canales rápidos, sino los 4 lentos, además de una isla muy grande.
Pero, cuando llegó el aspirante a gobernar desde Miraflores, diez minutos antes de las seis de la tarde, ya la gente se había congregado desde la calle 30, donde estaba la tarima, hasta la Morán.
La multitud comenzó a formarse desde muy temprano, prácticamente desde las dos de la tarde, precisamente cuando el sol se tornaba más inclemente y, naturalmente, el calor era más sofocante.
Como cuando viene la Divina Pastora, que los buhoneros se instalan desde el mediodía, ayer estaban los vendedores de pinchos, helados, refrescos, chicha, panela con limón, tostones, tequeños y agua por todas partes.
Además, aparecieron otros que colocaron sus tendidos de franelas con la imagen de Capriles y las ya famosas gorras tricolores, ofreciendo su mercancía a quienes no lucían esas prendas.
Claro está, todos estos comerciantes informales al ser entrevistados por los reporteros manifestaron que no les quedaba otra opción que vender todo lo que pudieran, ya que no conseguían trabajo porque no había fuentes de empleo y tenían que sobrevivir, esperando que la situación cambiara con el nuevo gobierno.
Curiosamente entre los buhoneros estaban unos que no ocultaban su adhesión al presidente Hugo Chávez, como fue el caso de Jesús Bastidas, quien apenas dejaba descubierta parte de la cara.
“Estoy haciendo unos reales, porque la cosa está muy mala”, confesó este chavista quien ya a las cuatro de la tarde se marchaba del lugar.
Muchos eran los jóvenes que se habían pintado la cara con los colores de la Bandera Nacional.
También se vieron muchachas con el tricolor en sus rostros y luciendo franelas con diversas leyendas alusivas a Capriles.
No sólo había gente en la avenida, sino también en las azoteas y asomadas en los balcones.
Los equipos de sonido fueron colocados en vehículos en varias esquinas y, por supuesto, repetían el eslogan de “algo bueno está pasando”.
Por los altoparlantes se oyó varias veces pidiendo a la concurrencia que dieron paso para sacar a algunas mujeres que habían sufrido desmayos.
Una ambulancia estaba estacionada para que los paramédicos intervinieran en caso de emergencia.
En algunas esquinas estaban atentos los funcionarios uniformados, pero no hubo necesidad de que los agentes intervinieran.
El ambiente era de fiesta, alegría, entusiamo y mucho alborozo.
Era inocultable la cantidad de jóvenes que se hicieron presentes y quienes por primera vez votarán el domingo en estas elecciones presidenciales porque quieren un cambio.
Ya cuando la noche llegaba, el candidato de la Unidad apareció acompañado del gobernador Henri Falcón.
En ese instante los presentes se desbordaron en un mismo aplauso y con cantos de júbilo y bienvenida convirtieron la jornada en auténtica fiesta democrática.
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Foto: Emanuele Sorge
