En el sector Casa de Campo, de la comunidad Romeral I, hacia el norte de Barquisimeto, jamás han acudido las autoridades para conocer las necesidades de sus humildes habitantes. Marisol Chávez, vecina, confiesa que en los 21 años de residencia en esa zona, nunca ha visto a algún alcalde o gobernador. “Aquí no viene nadie, nos tienen abandonado”, expresó.
Lo cierto del caso, es que a pesar de la desatención oficial, los moradores no han dejado de soñar con un mejor mañana. Mileidy Colmenárez, junto a otro grupo de personas del vecindario, creó un boceto del proyecto que tienen en mente a fin de ofrecer calidad de vida a todos los vecinos. Una escuela, centro de salud, plaza, cancha deportiva, entre otros espacios.
“Los niños no tienen recreación, tampoco los adolescentes y jóvenes. En este sentido, pedimos a las autoridades el apoyo y financiamiento para hacer realidad nuestro sueño. El gobernador Henri Falcón, en los últimos meses, ha construido unidades deportivas, ojalá la próxima se construya en Casa de Campo, donde la población infantil es una de las mayores del norte de la ciudad”, sostuvo Colmenárez.
Informó que cuentan con el terreno donde pudieran funcionar las instalaciones para el deporte, educación y ambulatorio. “Nos hemos cuidado de que no nos invadan, precisamente, para consolidar el proyecto comunitario y hacer posible los juegos y sana recreación de los muchachos. La escuela más cercana está en Romeral y los niños tienen que caminar un kilómetro aproximadamente”, dijo Marisol Chávez.
Insalubridad
Otra de las mayores preocupaciones de los habitantes, son las cloacas que todavía faltan en el popular sector de la parroquia Tamaca. Temen que los pozos sépticos colapsen como en comunidades vecinas. Al parecer, el proyecto ya fue introducido a Hidrolara y en diferentes oficinas gubernamentales, sin embargo, no reciben respuestas positivas.
Por si fuera poco, el servicio de agua tampoco se cumple en el sector Casa de Campo y, en este caso, deben pagarle a los camiones cisternas que sólo llevan agua salada. Diez bolívares cuesta llenar una “pipa”, mientras que el tanque de unos 1.200 litros, amerita de 50 bolívares para llenarlo. Sin duda, un calvario que mantiene agobiado a los residenciados en el sector que colinda con la urbanización Yucatán.
Carmen Leje, otra de las vecinas, manifestó que contar con la red colectora acabaría con la insalubridad en los patios de las casas, debido a la utilización de “letrinas” o sépticos.
Además, permitiría una mejor vialidad para la comunidad: “mientras no instalen las tuberías de aguas negras, las vías seguirán siendo las mismas, llenas de huecos y desniveles”, declaró.
Fotos: Dedwison Álvarez