DICTAMEN
No es casualidad que este haya sido el nombre del Comando de Henrique Capriles, así como el de la avenida desde la que cierra su campaña en Barquisimeto. Venezuela es la palabra que resume todo este esfuerzo que se coronará el domingo 7 de octubre, cuando recobremos su verdadero significado y rescatemos su valor de los escombros del falso patriotismo. Un país no es otra cosa que la suma de todos sus ciudadanos, quienes tienen exactamente los mismos derechos, incluyendo el de pensar distinto. No en vano el tricolor ha sido el símbolo de la candidatura de Henrique, y no en vano tanta molestia le causó al saliente esa gorra alusiva a la bandera, hoy convertida en el símbolo más preciado de una mayoría que reclama reencuentro y paz.
Mientras Capriles habla de “nuestra Venezuela” con respeto e inclusión, Chávez insiste en dividir a los venezolanos con su manoseado chantaje de “la patria”, que no es otra cosa que el disfraz de un proyecto antivenezolano. Para Chávez los patriotas son solo sus seguidores, mientras que todo aquel que no lo siga es automáticamente apátrida. Su discriminatorio concepto de patria, nada tiene que ver con la nacionalidad ni mucho menos con el nacionalismo, llegando al colmo de decirnos que votar por él es lo mismo que votar por Fidel Castro. Por lo tanto, la patria según Chávez es su partido político, su ideología personal y su militancia. De ahí la monocromía de sus concentraciones, las cuales contrastan con la pluralidad y diversidad que se dan cita en las convocatorias del candidato tricolor. Y es que el concepto de país incluye a todos y plantea un Gobierno que le resuelva los problemas a su pueblo sin discriminación de ningún tipo. Venezuela es la suma del gobierno y de la oposición, quienes se alternan en el poder según la voluntad soberana del pueblo. Venezuela somos todos los venezolanos y nada más, y estamos obligados a convivir, a respetarnos y a concertar esfuerzos para progresar.
Cuando Chávez nos dice a los venezolanos que no importan los problemas que padezcamos, sino que solo importa “la patria”, nos está diciendo que su único proyecto político es la permanencia en el poder, aunque esta no se traduzca en beneficio para la gente. Y es que él es la patria desde su enferma perspectiva, y su única promesa es estar ahí, aunque sea inerte, aunque tenga que admitir luego de catorce años que fracasó en materia de vialidad, seguridad, electricidad, empleo y vivienda. “La patria soy yo, ustedes no importan” es el resumen de su discurso de campaña. El que tenga oídos que oiga; queda claro que con Chávez seguirán los apagones, la delincuencia, los pranes, el desempleo, la inflación, los huecos, la falta de agua, la escasez, etc. Él mismo lo está diciendo, luego de catorce años y en plena campaña electoral, admite su ineficiencia como presidente. Si así es en campaña electoral, si así pide el voto, imagínense luego. Por eso es que el show no va a continuar.
Pero hay un camino, un camino que se convertirá en autopista este 7 de octubre, un camino para tener un gobierno que sí se ocupe de los problemas de la gente, un camino que reivindique el valor de la palabra patria, un camino para progresar en paz, un camino que se llama Venezuela. Entendamos de una vez por todas que un país no se puede reducir a la voluntad de un solo hombre, que no podemos excluir a la otra mitad de una población simplemente por pensar distinto. Venezuela va mucho más allá de su presidente, de su gobierno, de sus partidos. Venezuela es su gente, sus trabajadores, sus estudiantes, sus empresarios, sus amas de casa y sus campesinos. Venezuela es plural, alegre, noble y pacífica. Mientras el saliente dice “Chávez eres tú muchacha”, Capriles dice “Venezuela somos todos”. Vota por ti, vota por Venezuela. A votar y a ganar. Capriles Presidente de todos los venezolanos.
Campaña cerrada, el voto final lo tienes tú.
Twitter: @chatoguedez.
