A escasos días de las elecciones presidenciales existe una de las más delicadas y graves interrogantes que hoy tiene la sociedad venezolana, como consecuencia de que la cúpula militar claudicante, violando la Constitución en sus artículos 328, 329 y 330, ha dicho que sólo aceptaría resultados que obedecieran al presidente Hugo Chávez.
Obviamente, expresa el Dr. José Machillanda al considerar esta situación, un planteamiento con estas características muestra al elemento militar como una amenaza al proceso electoral.
-Realmente, ¿es una amenaza?
-No obstante las complejidades que vive y la proyección e importancia que tiene el 7 de octubre, el elemento militar a su interior va a poder producir una respuesta institucional e identitaria.
-¿En qué se sustenta para hacer tal pronóstico?
-En los análisis politológicos en torno al interno militar del nivel de la campaña electoral en especial por los planteamientos hechos por el candidato de la oposición y la escasa campaña realizada por el presidente Chávez, el elemento militar se ajustará a los lineamientos establecidos en la Constitución, llamará a las fuerzas de la doctrina militar y del profesionalismo de tal manera que le permita producir una respuesta entendida como una reacción jurídica, ética, institucional y política para cubrir los importantes intereses de la organización militar en el inmediato futuro y poder frenar el proceso de ideologización y de desestructuración que ha venido presentando el presidente de la República, dentro del socialismo XXI, en el cual el elemento militar ha sido empleado en contrario a su función dentro del Estado de ejercer la responsabilidad de la defensa en actividades auxiliares que no le competen y que no le son propias de acuerdo a lo que la institución militar debe ser para el Estado y para la nación.
-¿En qué forma el Presidente ha afectado a los militares?
-Se ha venido viviendo lo que se llama un momento político militar revolucionario, que ha tenido tres fases: el primero, entre el 1999 y el 2002, en el cual el Presidente penetra la institución y crea una enorme debilidad en los mandos; el segundo, desde el 2002 al 2007, cuando logra tener control a lo interno por la vía de la cúpula militar; y la tercera, que va del 2007 al instante, cuando la cúpula militar se hace claudicante. Obedece y atiende todas las decisiones del jefe del gobierno.
-Pero, ¿esa cúpula tiene todo el control de la institución?
-No. Presumo que un grupo de oficiales todavía sujeto a la concepción del profesionalismo entiende que la desestructuración e ideologización atenta contra la institución en si misma. La presencia de individuos cubanos ejerciendo control a lo interno, ya sea en su estructura o en su funcionalidad, además del virulento y grave funcionamiento de lo que se llaman colectivos emergentes armados, son razones para que el elemento militar venezolano actúe como una organización con una respuesta institucional e identitaria.
-¿Cómo explica esa apreciación?
-El elemento militar acompaña y se ampara en la Constitución, razón por la cual va a ajustarse a su espíritu como institución conservadora, que se aleja del aventurerismo militarista, que cree en la reconstrucción de la democracia en Venezuela y, por lo tanto, en la recomposición que deberá potenciar el nuevo poder político para que la organización militar sea y actúe como un verdadero componente armado.
Está llamado a que se establezcan unas nuevas relaciones civiles – militares, así como entre el poder político y el elemento militar. No estamos hablando de un asunto simple.
-¿Por qué?
-Estamos hablando de lo que se llama en ciencias políticas un momento político ciego, en donde la ambigüedad, la delación, el despropósito militar, la corrupción, se van a enfrentar a la dignidad y al respeto a la Constitución y las leyes, sobre todo a un sentido de futuro.
Un grupo importante de hombres de la vida armada –generales, almirantes, oficiales superiores, oficiales subalternos y suboficiales- entiende como la acción correcta para permitir la regresión democrática que ha existido en Venezuela sea revertida para el establecimiento de la democracia liberal. En tal sentido, el restablecimiento de las instituciones de la República, entre ellas la militar que tiene responsabilidades del Estado para la defensa y resguardo de la comunidad.
-¿Cómo explica que el Presidente haya integrado a las milicias como componente de las fuerzas armadas?
-Al Presidente, se le ocurrió seguramente como consecuencia de la influencia de Fidel Castro, aprovechando la modificación de la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas Nacionales crear este componente, lo cual viola la Constitución. El artículo 328 dice que la institución armada es apolítica, obediente y no deliberante; está formada por el Ejército, la Armada,, la Aviación y la Guardia Nacional.
En ninguna parte aparece la milicia. Por lo tanto, uno de los próximos e importantes pasos del nuevo poder político será reordenar la situación del componente militar en lo interno y perfeccionar su estructuración.
El discurso que falta frente a la ingobernabilidad militar
El candidato de las fuerzas de la oposición no fue capaz de desarrollar un discurso político para hacer un enganche con los soldados que se encuentran a lo interno de la organización militar venezolana.
Esta es una responsabilidad que no asumió el abanderado opositor, quien desde el día 12 de febrero recibió la legitimidad por parte de los venezolanos y desde entonces él tiene la responsabilidad y la obligación de dirigirse a los hombres de uniforme militar, para que éstos, que sienten, padecen y les preocupa el presente y el devenir de Venezuela, conocer la concepción estratégica que tienen los factores democráticos hacia la institución militar.
De todas formas, el nuevo poder político, comenzando por la cabeza, el Presidente de la República tendrá que decidir, definir, potenciar el profesionalismo a lo interno de la organización militar, porque sólo de esa forma se puede lograr la gobernabilidad militar, que hoy se caracteriza por ser harto ingobernable.
-¿Por qué es ingobernable?
-Porque se han desarrollado perversiones muy desgraciadas: la delación, el caporal y el comisario político.
-¿En qué forma?
-Existe por razón de ser una organización jerarquizada, cautiva y estratificada, tres elementos que son los pilares para que ella funcione: la obediencia, la subordinación y la disciplina.
Pero, han venido siendo solapados por el comisario político, quien es el individuo que le plantea al Presidente los nombres de los deben tener funciones de comando, porque son los adherentes al jefe del gobierno; después aparecen los delatores, quienes son los que se han encargado de rendirles informes al Presidente para que un grupo importante de profesionales dignos y honorables sin cargos y en sus casas por considerárseles bajo sospecha; y los caporales, quienes facilitan los casos de corrupción relacionados con el dolo, el cohecho y el nepotismo, observándose que hay existe un grupo de militares, de diferentes jerarquías, grados y posiciones, que gozan de riquezas que no pueden explicar, ya que los profesionales militares en cualquier país viven gracias a dos elementos fundamentales: A una gran responsabilidad social, que reciben del Estado; y a un sueldo decente. El sueldo que reciben nuestros militares es un pobre sueldo y no hay responsabilidad social..
Y esa corrupción es lo que ha permitido que las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas en su planteamiento con la narco-guerrilla haya decidido que Venezuela es un espacio ocupable y hecho contacto con el elemento militar, dándose una de las perversiones más desgraciadas y dolorosas que es conocido como el narco-militarismo.
Aún con todos esos gravísimos problemas que ha tenido la institución venezolana, con todo el proceso de penetración e ideologización del software cubano y las influencias de Fidel Castro, existe un conjunto importante serio de generales, almirantes, oficiales superiores y subalternos, que cree en la doctrina militar, en la defensa del componente militar y rechaza el autoritarismo del Presidente, su proselitismo político y la pretensión de los cubanos de controlar la institución.
Son héroes silentes que mantienen la organización en un precario equilibrio y estoy seguro que este 7 de octubre se constituirán en un núcleo duro y para un momento crítico serán los elementos capaces de presionar la propuesta institucional.
Reelaboración interna
Para el Dr. José Machillanda el nuevo poder político tiene que producir una reelaboración interna militar.
Esto quiere decir que se reorganizará la pirámide ocupacional, ya que ahorita hay una pirámide invertida. No se sabe, por ejemplo, cuántos generales existen, ni cuáles cargos ocupan.
Al no existir una pirámide ocupacional suficientemente cierta, el Presidente nombra generales en jefe los que quiere, generales de brigada y de división sin existir divisiones.
Un análisis simple de pie de guerra militar puede implicar que las fuerzas armadas no podría sostener la enorme cantidad de generales que tiene hoy la República, porque es producto de una política del Presidente para crear situaciones de tensión inter e intrafuerzas.
Grupos armados tienen que ser destruidos
-¿Qué pueden hacer los militares para neutralizar los colectivos armados?
-Venezuela a partir del 7 de octubre tendrá que quitarse la venda. Los colectivos armados, que han sido protegidos, amparados y potenciados por el actual régimen, tienen dos opciones: una, entregar las armas; dos, ser destruidos.
Dentro de los programas de seguridad y frente a los problemas del uso de las estrategias militares aún a lo interno, deben haber posiciones suficientemente ciertas.
El país no puede tolerar que haya grupos que tengan armas.
Hay que ver el problema que está viviendo Colombia desde hace 50 años. Aquí existe una organización que tienen que ocuparse de eso. Primeramente vendrá una tarea de carácter policial, la cual arrojará un resultado que los políticos tendrán que evaluar. Y si fuese necesario utilizar la fuerza para someter a un grupo de individuos armados, habrá que hacerlo, sin temor de ningún tipo.
-¿Y los derechos humanos?
-Ese no es un problema de derechos humanos. Quien se arma dentro de un país está violando los derechos humanos de los demás. Lo primero que tiene que preservar un Estado necesario y forzosamente es la armonía y la paz.
Esos grupos son perturbadores de la paz y no tienen por qué tener armas dentro del país La Constitución reza: los únicos elementos que pueden tener armas son quienes constituyen las fuerzas armadas.
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