En el interior de un centro comercial a medio construir de Caracas, cientos de familias viven en cubículos a la espera de que el presidente Hugo Chávez cumpla su promesa de dar a todos los venezolanos una vivienda «digna», un tema muy presente en la campaña electoral.
«Muchas veces se desespera, pero hay que esperar», dice Eusebio Medina, de 49 años, que vende dulces afuera de este edificio confiscado por el gobierno para albergar a quienes se quedaron sin techo por deslizamientos de tierra e inundaciones en 2010.
A pesar de su larga espera de un nuevo hogar, Medina sabe por quién votará en las elecciones presidenciales el domingo.
«Por supuesto para el presidente», afirma mientras una camioneta pasa con altavoces instando a la gente a asistir al mitin final de Chávez en Caracas el jueves.
La enorme escasez de viviendas en Venezuela se ha convertido en un tema central antes de las elecciones presidenciales, y el candidato opositor, Henrique Capriles Radonski, acusa en todo momento al mandatario de izquierda de no cumplir con su promesa.
El presidente replica que su rival no continuará con sus populares planes sociales, denominados «misiones», que incluyen proyectos de construcción de viviendas y otros programas, como atención de salud gratuita para los pobres y mercados estatales de comestibles.
Chávez, que aspira a un nuevo mandato de seis años después de casi 14 años en el poder, se comprometió a construir tres millones de viviendas nuevas hasta 2019 si gana las elecciones en este país de casi 29 millones de habitantes.
«La vivienda está en juego el 7 de octubre», dijo Chávez en un acto de campaña el martes. «Cuando termine el próximo período de gobierno en 2019, no debe haber ni una sola familia venezolana sin vivienda digna», prometió.
Entre los millones de personas que viven en barrios pobres o perdieron su hogar por los desastres naturales a lo largo de los años, oficialmente se estima que hay un déficit de 2,7 millones de casas.
Según el gobierno de Chávez, el plan estatal habitacional Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV) ha entregado las llaves de más de 200.000 hogares desde su lanzamiento en abril de 2011.
Sin embargo, la ONG de derechos humanos Provea señala que las cifras del gobierno son erróneas.
«Es menos de lo que declaró el gobierno públicamente», dijo a la AFP el coordinador de Provea, Marino Alvarado.
Provea realizó una investigación sobre la misión y halló que sólo se edificaron 44.954 casas hasta mayo de 2012. La falta de información y los datos inconsistentes anunciados por distintos ministros hicieron difícil la tarea, según esta ONG.
Los críticos también dicen que algunas de las casas están llenas de defectos, ya que fueron levantadas de manera apresurada.
Antes de la campaña electoral, el canal estatal de televisión comenzó a transmitir un programa semanal llamado «Jueves de Vivienda», en el que se mostraba a afortunadas familias que ingresan a su nuevo hogar y agradecen a Chávez la obra.
El presidente, pese a ser favorito, enfrenta su mayor reto desde que ganó su primera elección en 1998. Las últimas encuestas muestran que la brecha con Capriles Radonski se estrechó y otros sondeos señalan un empate técnico.
Pero el apoyo al presidente sigue siendo fuerte entre los pobres del país.
«Aquí somos todos chavistas… a pesar de que no tenemos todo», dijo Aura Terán, de 39 años, que vive en el inacabado centro comercial en Caracas desde hace casi dos años. «Él ayuda al país con sus misiones. Con Capriles vamos a empezar todo de nuevo».
En lo alto de una colina, en otra parte de la capital, más de 1.200 refugiados ocupan un edificio sin terminar, donde los carteles de su «comandante» Chávez cuelgan en las puertas de varios cubículos de plástico blanco.
El cubículo de Dubis Mallarina tiene tres habitaciones: una pequeña cocina, un cuarto con una litera para dos de sus cinco hijos, y su dormitorio. Un niño está durmiendo mientras otro mira los dibujos animados de la cama de sus padres.
Mallarina y un grupo de amigos miran los planos de dos edificios de 12 plantas que cuelgan en la pared de otro cubículo. Los apartamentos cuentan con dos dormitorios y una cocina y sala de estar, y está previsto que estén listos a finales de año.
«Todos queremos casa lo más rápido posible», dice Mallarina.