Las propuestas de Henrique Capriles Radonski, para solucionar los problemas del país y las de Hugo Chávez, no se parecen. Sus planes de gobierno entregados al Consejo Nacional Electoral lo comprueban.
El plan del comandante tiene cinco objetivos generales que derivan en objetivos nacionales vinculados al área social, económica, territorial y política, con énfasis en la economía real, productiva y sin menciones al área financiera y ninguna a la política monetaria o cambiaria. Acabar con las relaciones “disfrazadas de trabajo asalariado” es una de sus metas.
Maneja dos versiones del documento que presentó el lunes ante el Consejo Nacional Electoral durante su inscripción. Una completa, empastada en color rojo de la que no se conoce el número total de páginas y un resumen de 40 páginas disponible en internet.
Capriles optó por una propuesta precisa y puntual. La entregó con una carátula vinotinto en el ente comicial el domingo en señal de la fusión de los colores del tricolor nacional. En 20 páginas resume sus lineamientos estratégicos para atacar la delincuencia, mejorar los servicios públicos, impulsar el sector económico y recuperar la infraestructura hospitalaria.
Capriles subrayó una “diferencia” entre él y Hugo Chávez “El otro candidato cree que después de Dios, él, yo en cambio digo que después de Dios, el pueblo, y yo estoy al servicio del pueblo”, explicó.
“Si los discursos largos de horas y horas de cadena fueran productivos, nuestro país sería el mejor país del mundo, (…) porque al final de siete horas nos preguntamos ¿qué dijo?“.
Capriles se comunica con equilibrio, sin exageraciones y algunas veces frío. Es un hombre honesto, reservado y sincero, pero con alto autocontrol.
«Mi gobierno no será el gobierno de un solo color, será un gobierno vinotinto, como la fusión del tricolor», ha dicho Capriles, mientras que Chávez ha dividido a los venezolanos entre “rojos rojitos” y los que no.
Chávez, tiene una personalidad con énfasis en lo emocional que se fundamenta en decir lo que siente y quiere, en una población en la que esto es muy importante. No le teme a mostrarse incoherente en muchas de las cosas que dice, pero sí a ser eficaz con lo que dice en el momento que lo hace”.
Chávez y Capriles se han dicho de todo, cada uno con su estilo, Chávez dándole paso a encendidos ataques a Capriles, a quien ha calificado desde «burgués» y «derechista», hasta «majunche», la «nada», «candidato del imperio» estadounidense e incluso, ha sugerido que tiene ascendientes «nazis».
Chávez ha gastado horas y horas explicando la «novedad» de sus propuestas de socialismo, mientras intenta vincular a Capriles con lo «viejo» del capitalismo.
Capriles, ha lanzado críticas a la gestión del gobierno de Chávez en materia de seguridad, salud, soberanía alimentaria, importaciones y uso político de las misiones para atender a los sectores más vulnerables.
«La propuesta del gobierno es cháchara en la mañana, en la tarde y en la noche. Ahora la cháchara la acompañan con insultos y descalificaciones, pero se les acabó el tiempo».
Chávez se ha visto obligado a desmentir los señalamientos de su rival de que Venezuela importa el 80 por ciento de lo que consume, que después de 14 años de gobierno bolivariano hay cuatro millones de personas que se acuestan sin comer y que no se ocupa de la seguridad de las personas.
Su recurso repetido en los últimos días ha sido alertar a los venezolanos de que en caso que Capriles gane las elecciones, el país podría entrar en una etapa de «desestabilización y crisis», pues los «burgueses» desmontarían las misiones sociales y los subsidios del gobierno a los pobres.
Capriles acusó al gobierno de poner en marcha una estrategia para infundir miedo en la población a su propuesta de cambio.
Ante las acusaciones de Capriles, el gobierno admitió que en el país hay al menos dos millones de personas que viven en pobreza extrema y que Venezuela registra al menos 50 homicidios por cada 100.000 habitantes, entre las sociedades más violentas de la región.
El analista político y ex ministro de Información Fernando Egaña dijo a la agencia de noticias DPA que los venezolanos están viendo una campaña que rememora la lucha entre David y Goliat, por la batalla ‘»desigual» entre Chávez y Capriles, debido a que la parcialidad oficialista «cuenta con todos los recursos del Estado a su disposición, tanto presupuestarios como políticos y normativos».
En algo coinciden…
El candidato opositor, Capriles ha elegido diferenciarse de Chávez y al parecer con gran éxito. Mientras Chávez dice ser el “corazón de la Patria”, Capriles le sale al paso diciendo que él “tiene la patria en el corazón”, sin embargo hay un punto en el que coinciden: Las misiones.
Capriles ha reconocido que esta es una buena iniciativa, por ello propuso la Ley de Misiones, para legalizar estos programas sociales y así evitar las especulaciones que señalan que de llegar al poder las eliminaría.
“Nadie puede quitarte tus logros, lo que es tuyo, yo no le quitaré nada a nadie, lo que si vamos hacer es mejorar las misiones…Ahora tiene la misión miedo, la misión amenaza. Andan diciendo que si el progreso gana las elecciones, se va a eliminar todo, que les van a quitar las misiones” expresó
En su momento lanzó un video en las redes sociales que además fue trasmitido por las televisoras privadas del país.
Por otra parte, Capriles ha dicho que mantiene un serio compromiso con la Constitución actual, aprobada en el primer período presidencial de Hugo Chávez. En este sentido, el candidato opositor ha dicho que el proyecto político del mandatario venezolano era compartido por él de cierta forma, pero alega que este se desvió del camino y ahora insiste en un modelo socialista.
Otro punto en el que coinciden, es que Capriles, al igual que Chávez en su momento desata furor entre el público femenino que se rinde ante los pies de estos líderes carismáticos, que afianzan sus discursos en la esperanza.
