La posibilidad de que Luis Sojo sea elegido por unanimidad al estar incluido por primera vez entre los 24 peloteros nominados para ser exaltados al Salón de la Fama del béisbol venezolano, resulta para el exjugador de Cardenales de Lara “una gran emoción” y, aunque aún debe esperar para conocer si el comité contemporáneo de votantes lo incluye entre los seis elegidos, algo tiene claro “el muchacho de Petare”: los números no mienten.
El debate sobre su unanimidad fue oportunamente sugerido en la columna Juego Perfecto, publicada en este rotativo por el periodista José Gabriel Salas en la edición del sábado 29 y EL IMPULSO abordó a Sojo en el marco de la Asamblea Anual de Propietarios de la Liga Profesional de Baloncesto, para conocer sus impresiones al respecto.
“Cuando se firma para jugar béisbol profesional el objetivo es llegar a las Grandes Ligas, luego juegas los años que juegas y después viene este logro. Puse mi granito de arena para el béisbol en nuestro país y eso me llena de satisfacción. El hecho de que hagan esos comentarios -unanimidad- es porque en Venezuela sabemos de béisbol y los números no mienten”, comentó Sojo en el lobby del Hyatt Regency Hotel en Oranjestad.
“No sólo es eso, sino que la gente que vio jugar a Luis Sojo sabe que me entregué en cuerpo y alma para mi equipo, Cardenales de Lara. Saben que fui un pelotero polémico pero porque no me gustaban las injusticias, me gustaban las cosas bien hechas”, afirmó. “Quizás fui un pelotero con muchos defectos disciplinarios pero eso lo borraba al entrar al terreno de juego”, aseveró al hacer retrospectiva.
Agradecido con todos
El mirandino no se olvida de nadie, aun al estar tan cerca de otro logro glorioso. “Estoy muy emocionado porque (estar nominado) es un triunfo más para mi carrera y mi familia. Lamentablemente tengo seres que no están conmigo como mis padres, mis hermanos y mi sobrino y si salgo exaltado, me hubiese gustado que estuvieran conmigo. El Soberano (Dios) me los quitó, pero esto es un triunfo de ellos también”, reflexionó.
“Es un triunfo de los valores familiares de ese muchacho de Petare con sueños. Ser exaltado al Salón de la Fama sería la recompensa a una carrera y una trayectoria. Es algo que me tracé en mi vida”, expresó Sojo. “Agradezco a mis compañeros porque fueron una parte esencial en todo lo que yo logré. El pelotero no se hace solo”.
Recordó a Miguel Cairo, Alexis Infante y Robert Pérez, sólo por citar a algunos. “Ellos hicieron a Luis Sojo y Luis Sojo los hizo también a ellos. Fue una combinación de un grupo de peloteros que, sin ellos, no se pueden lograr este tipo de cosas”.
Honor a Domingo
Consultado sobre la influencia que ha tenido Domingo Carrasquel, Sojo no vacila en honrarlo. “Es la persona a la que le debo todo. Le doy gracias a Dios porque apareció en mi vida, así como a Cardenales de Lara y sus aficionados por permitirme estar 25 años ahí. Domingo es la persona más influyente en mi carrera. Lo quiero muchísimo, lo respeto, lo voy a admirar siempre y toda mi vida le voy a agradecer”.
A su juicio, Carrasquel no sólo formó a Luis Sojo sino “a una cantera de peloteros que, si me pongo a nombrártelos, se te acaba la grabación. Por eso le deseo mucha salud, mucho bienestar y bendiciones para él y para su familia”.
El reconocimiento a Sojo sería el honor a una estirpe de peloteros ya en extinción, de los que se presentaban el primer día de la temporada en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP) sin importar lo que hiciesen en Grandes Ligas. “Es un mensaje que envío a los jóvenes. Cuando firmamos un contrato decidimos y escogimos ser peloteros profesionales y es un trabajo. Hay muchos que tienen una profesión, pero otros lo único que sabemos hacer es jugar béisbol y ese fue el caso de Luis Sojo”, manifiesta.
“Yo llegaba a Barquisimeto y a la semana le decía a mi esposa: me voy. Eso no me trajo problemas pero de una manera u otra me preguntaba por qué tenía que irme. Es una gran esposa, una mujer que me ha apoyado toda mi vida”, reconoce sin titubeos.
“Era mi mentalidad. Llegaba y tenía que uniformarme, especialmente cuando el equipo estaba en malas condiciones, porque lo peloteros veían en mi a una alternativa. El apoyo que había mutuamente me ayudó a ser la persona que fui, influyente dentro de un clubhouse”, dijo.
Se define a sí mismo como “un bendecido”. “Lo único que quiero es lo mejor para el deporte. El Salón de la Fama me permitiría en un futuro, si llego a ser exaltado, llevar a mis hijos y decirles: este es el salón de la inmortalidad y tu padre es uno de ellos. Eso para mí es sumamente importante”. El béisbol criollo y la afición de Barquisimeto, estarán en vilo a la espera de la exaltación.
Foto: Cortesía Guaros de Lara