La capital larense tiene un déficit en zonas verdes. En el sureste de la ciudad las construcciones de urbanismo están acabando con la vegetación
La vegetación y las plantas en conjunto ayudan al enfriamiento de las ciudades. Por eso las grandes concentraciones urbanas, en especial las ubicadas en el trópico como Barquisimeto, requieren una flora variada que sirva para atenuar las altas temperaturas.
La capital larense no escapa a esa realidad. Con una población que supera el millón de habitantes, la tercera más alta según el censo de 2011, tiene además del déficit de agua un desequilibrio ambiental. El este tiene un espacio de zonas verdes aceptable según los expertos, pero el oeste y el norte están en pañales en materia de ornamentos. La falta de espacios verdes en El Cují-Tamaca (norte), Juan de Villegas (oeste) y la construcción de viviendas en Cabudare (sureste); dejan a la capital larense con un alto déficit.
Norberto Maciel, director de postgrado de Fitopatología de la Escuela de Agronomía de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) dice que el problema que tiene Barquisimeto es la diversidad del clima. “En el este el ambiente es de bosque húmedo, mientras que en el norte y oeste es semiárido. Eso hace que no todas las especies puedan retoñar en esa zona”.
Maciel comenta que se debe hacer una buena selección de las especies a plantar. “El verde que se puede sembrar hacia esos puntos de la ciudad no necesariamente tiene que ser el mismo verde que en El Cardenalito del Este, por ejemplo. Allí se deben sembrar árboles que tengan mayor capacidad para soportar la insolación, el calor y la sequía”.
Detalla que en el norte se le puede sacar provecho a las plantas autóctonas de esa zona como el sisal que puede soportar las temperaturas que se registran a ese lado.
Dice que a la hora de sembrar se debe tomar en cuenta el déficit de agua en las principales ciudades, que es considerable. “Se trata de una lucha entre las plantas y las personas, por esos las plantaciones que se hagan deben ser las menos delicadas, que requieran riesgo con menos frecuencia”.
El otro factor que tiene en contra Barquisimeto es que poco llueve. El promedio anual de las precipitaciones es de 800mm. “Esa condición afecta considerablemente el crecimiento de cualquier especie, por eso es determinante la selección de las especies a plantar”.
Pero la técnica de la xerojardinería que comenzó a implementarse en California, EE.UU, en los años 70 y en Europa en los 90, ofrece la oportunidad de sembrar vegetación en ciudades con déficit en el servicio del agua y con climas tan áridos como los del oeste de Barquisimeto. “Se trata de minimizar al máximo uso del agua, escogiendo una gran variedad de plantaciones como árboles, arbustos que influyan positivamente en el clima”.
El experto en flora comenta que la vegetación tiene una función vital frente al ambiente que beneficia a la vida humana. La flora enfría a los vientos calientes que entran a las ciudades. “Esos árboles no dejan que las corrientes de aire entren en contacto con los suelos que son muy calientes por el efecto solar. Eso permite que el aire se mantenga frío y genera bajas en la temperatura en las grandes aglomeraciones urbanas, por eso son muy importantes dentro de los cascos centrales y puntos de hacinamiento de edificios o viviendas de las urbes”.
Maciel, comenta que además de la variedad de árboles, es recomendable sembrar las plantas invasoras para que cubran los suelos. “Este tipo de plantación se va expandiendo por las planicies y es capaz de cubrir considerables extensiones de suelos. Ellas cumplen un rol de gran importancia porque impiden que los suelos se calienten y así las corrientes de aire que llegan se mantienen frías y bajan las temperaturas de las ciudades que es lo que venimos hablando y lo que buscamos.
Unas de las debilidades que Maciel ve en Barquisimeto es que sólo existen dos parques, el del Este y el Bararida, los dos están al este de la ciudad. “En el oeste, sureste y norte de la ciudad no hay parques que puedan subir los estándares de zonas verdes en Barquisimeto. Es lamentable el déficit de estos espacios”.
Sostiene que los cementerios también son considerados áreas verdes y que el aporte de estos es muy aprovechable para las ciudades, pero dice que la mayoría de los cementerios con alta flora están al este y sureste de la capital larense, mientras que los que fueron edificados al oeste, centro y norte (Tamaca) tienen menos diversidad de árboles.
Fotos: Emanuele Sorge
