La fetidez está acabando con la salud de los vecinos del barrio El Japón. La sustitución de la red colectora, ejecutada a través del Consejo Federal de Gobierno, representa un calvario para la populosa comunidad y es que desde hace dos semanas los obreros no llevan a cabo los trabajos.
Los olores desagradables mantienen alarmados a los vecinos quienes ni siquiera logran conciliar el sueño por las noches y hasta han perdido el apetito. Ayer, cerraron parcialmente las calles del sector, a la altura de la carrera 30 con calle 37, en reclamo a Hidrolara y a la empresa constructora.
“Aquí nadie se hace responsable; la hidrológica se lava las manos diciendo que los únicos culpables son los dueños de las contratistas (Pegarca y KF), las mismas que realizan sustitución de tuberías en la avenida Venezuela con calle 21, 22, 23 y 24 donde también hay caos”.
Así lo declaró la vecina Yajaira Barrios, quien advirtió en nombre de los habitantes, con manifestar hoy en caso de que no retomen la obra. Mencionó el caso del preescolar donde el patio de ese centro educativo está anegado de líquidos putrefactos.
Las clases no han iniciado, justamente, por temor a las posibles enfermedades que atacarían a los pequeños infantes. El personal, por lo pronto, cumple con el horario establecido por el Ministerio (pp) de Educación pero arriesgando la propia salud al permanecer las ocho horas de jornada en medio de la insalubridad.
Desmejora la calidad de vida
Los vecinos Moisés Gallardo y Eleazar Manzanares manifestaron las incomodidades a las cuales son sometidos desde la paralización de los trabajos de sustitución de la red colectora. En varios de los domicilios, por ejemplo, dejaron de utilizar los sanitarios ante el grave colapso.
“Conectaron los drenajes de lluvias a los colectores de aguas negras; si cae un aguacero, las casas van a inundarse por la irresponsabilidad de ellos (contratistas y de la hidrológica). Las ratas se están metiendo a las casas”, sotuvo Manzanares. Mientras que otros de los residentes luchan con sacar las aguas negras de sus porches.
Se trata de una realidad poco alentadora para los residentes de la comunidad El Japón y de los sectores vecinos, quienes son víctimas de los malos olores y de la proliferación de roedores, entre otras alimañas.
“Nos preocupa que sigan pasando los días y no manden a culminar el proyecto: dejaron las calles rotas, las cloacas colapsadas y a más de 300 niños sin clases. Ojalá ofrezcan solución en las próximas horas y se dejen de la excusas”, dijo Gallardo.
Es importante resaltar que varios de los habitantes han sufrido de malestares estomacales, respiratorios y de la piel, como consecuencia del ambiente insalubre.
Fotos: Jairo Nieto