Corría, caía, se levantaba y volvía a caer hasta que se desplomó en medio de la calle 1 con carrera 1A de San Jacinto II. Allí quedó boca abajo, sin vida, el cuerpo de José Amado Peña Tovar. El joven, quien vestía una franelilla y bermudas, tenía rastros de sangre en sus piernas; entre sus pies le quedó una de sus chancletas, a dos metros se encontraba la otra y rastros de sangre que evidenciaban que trató de buscar auxilio.
Testigos comentan que era perseguido por unos sujetos a pie; algunos expresaron que se trataba de una sola persona, otros dijeron que eran dos.
El crimen se registró a las 11:30 de la mañana de ayer. Familiares fueron avisados y llegaron hasta el lugar: lloraban por la pérdida del joven y manifestaban que el hecho sangriento habría sido en venganza por la muerte de otros dos jóvenes en Altos de Jaliscos.
Fue atacado el lunes
Peña Tovar estaba en su casa en la cual vive junto a su madre, dos hermanas, su esposa y tres hijos de 5, 2 años y 6 meses de nacido. El joven, quien era el único hijo varón y tercero de cuatro hermanos, le cocinó un pollo a su madre y salió a cortar un monte. Por este trabajo cobró 300 bolívares.
Una tía del muchacho, quien lleva el mismo nombre de la madre, dijo que el joven trabajaba como albañil, pero cuando no tenía oficio se ayudaba como caletero y vendiendo verduras en los mercados, para sustentar a sus muchachos.
Los lunes lo hacía en el mercado de San Jacinto; los miércoles en la Ruezga y los viernes en Barrio Unión.
Madre y tía del joven coincidieron al contar que el pasado lunes Peña Tovar se encontraba picando una patilla, cuando aparecieron unos sujetos en una motocicleta. Uno de ellos, cuchillo en mano, intentó apuñalearlo, pero el joven corrió y sólo alcanzaron a herirle el brazo.
La madre indicó que eran personas desconocidas, pero la tía dijo que el responsable era uno de los padres de dos jóvenes que fueron asesinados en las afueras de la casa de Peña Tovar, quien se las habría jurado.
Una venganza
El 11 de agosto del presente año aparentemente se llevó a cabo una fiesta en casa de Peña Tovar. En la celebración se encontraba Jesús Leonardo Páez González (18), junto a un adolescente de 17 años conocido como “Gabrielito”. En medio de la fiesta el adolescente sacó a bailar a una dama que estaba en compañía de su novio, quien, al ver la situación, fue atacado por los celos y con un machete le quitó la vida al adolescente. Los testigos en esa oportunidad indicaron que una mujer gorda residente de la morada se había atravesado en la puerta para que “Gabrielito” no escapara. Dicen las mismas personas que esa mujer era la hermana de Peña Tovar.
Páez González, conocido como “El Tato”, se devolvió para ayudar a su amigo pero fue atacado por esta gente y también fue asesinado. Por ese hecho fueron acusados los hermanos Diego, Álvaro y Arnaldo Trejo, quienes una vez que cometieron el doble homicidio escaparon.
A raíz de ello un sujeto conocido como Jhonny “El Llorón” quien presuntamente sería el padre de “El Tato” habría dicho que vengaría la muerte de su hijo y creen que este hombre tiene que ver con la muerte de Peña Tovar, porque fue la persona que lo amenazó de forma directa.
Así mismo familiares indicaron que el día del doble homicidio Peña Tovar estaba durmiendo y no tendría nada que ver con el homicidio e inclusive manifestaron que ellos tampoco, pues aseguran que los hechos sangrientos de ese 11 de agosto fueron perpetrados fuera de su hogar.
Sin embargo serán los funcionarios de la División del Eje Contra Homicidios los que se encargarán de investigar para esclarecer el caso y establecer las respectivas responsabilidades.
Fotos: Edickson Durán/ Archivo Elías Rodríguez
