Ya con anterioridad he comentado sobre la comida sana y como influye en nuestra vida, y por eso es que los padres tenemos que ingeniárnoslas para que nuestros hijos coman verduras voluntariamente, particularmente formaba figuras y letras con las verduras de manera que a mi hijo le agradara lo que veía y se lo comiera con gusto, claro esta que mi hijo ya tiene 5 años y ya se acostumbro a comer todo tipo de verduras al punto que exige que le sirvan verduras en el almuerzo.
Pues bien lastima que no había leído esto hace un par de años atrás ya que en ese entonces mi hijo y las verduras no se llevaban bien.
Aunque pueda parecer absurdo, este estudio dará una buena idea a muchos padres que estén cansados de que sus hijos se dejen la verdura en el plato. Un grupo de investigadores de la Universidadde Cornell (EEUU) ha demostrado que, cuando el plato tiene un nombre atractivo para los niños, estos se lo comen sin hacerle ascos.
Los autores del trabajo, que se publica en la revista Preventive Medicine, seleccionaron escuelas de diferentes zonas de Nueva York. A lo largo de tres días, ofrecieron a los alumnos, de entre 8 y 11 años, el mismo menú. El único detalle que cambiaron fue el nombre de la ración de zanahorias, que durante el segundo día del estudio pasó a llamarse «Zanahorias con visión de rayos X». Los resultados fueron sorprendentes: en ese día se consumieron el doble de zanahorias que en el resto.
En una segunda prueba, el equipo seleccionó dos comedores escolares del mismo barrio. Durante el primer mes, los menús tuvieron nombres estándar. Sin embargo, durante el segundo mes, y solo en uno de los colegios, se sirvieron «Zanahorias con visión de rayos X» y «Brócoli Power Punch», mientras que unas «sabrosas pelotitas diminutas» sustituyeron a los aburridos guisantes. En este último centro, el consumo de verduras ascendió hasta el 99 por ciento, mientras que en el primero tan solo fue del 16 por ciento.
Y parece que los más pequeños no son los únicos que `caen´ con este truco: otros estudios muestran que los adultos también son más receptivos cuando la comida lleva nombres pegadizos o más atractivos.
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