Una de las características resaltantes de las revoluciones política-económicas efectuadas en el siglo pasado, ejecutadas bajo el signo del marxismo leninismo, fue en sus orígenes la aplicación de principios morales sujetos a la orientación de una conducta identificada con los trabajadores.
Toda desviación hacia el amor a la patria y la defensa de los trabajadores se consideraba un delito y una inmoralidad que se pagaba con la vida. En este sentido la disidencia nutrió la muerte muchas veces injustamente porque en la práctica la ley se hizo costumbre para la burocracia y todo se derrumbó.
En nuestro caso la cuestión es aun mas grave por cuanto sin una vanguardia revolucionaria como crisol de revolucionarios y bajo una montonera militar –civil ávida del uso y abuso del Poder sin una ideología apegada al trabajo creador y más bien nutrida en el militarismo cuartelario nunca se expreso en términos moralistas y más bien surgió de intereses de grupos (logia Bolivariana) sin otro objetivo que adornar el interés personal y económico con la figura de Bolívar al cual han convertido en gran alcahuete de la burochorocracia militar.
Aquí no hay rígida disciplina ante las actividades realizadas por los revolucionarios que no dependen de una actividad heroica y de sacrificios materiales sino todo lo contrario ya que la moral está en función de la adoración o no del “líder único” y “Gran Burgués” el cual da certificados de conducta revolucionaria de acuerdo a este patrón. Hay casos relevantes en estas prácticas como la del señor Arias Cárdenas o de otro apellidado Acosta Chirinos los cuales en algún momento les sirvieron con creces a la oposición pero siendo panas del Jefe Único pueden ir y venir sin dificultad alguna.
Estos ejemplos resquebrajan y orientan los pasos de la militancia en el proceso hacia la anarquía y la idea de que no importa cualquier actividad incluida la corrupción si se está venerando al final de la jornada al Gran Timonel y si sigue todo cuando dice y dispone con obediencia.
Actualmente en un acto de demostración de la inmoralidad de esta revolución hemos visto como bajo la entrega evidente de dinero se han comprado a una serie de personajes acusados hasta de delitos de contra los derechos humanos, para tratar de mermar los votos del candidato opositor lo cual es una muestra del carácter nada ético de este asunto al cual han llamado revolución lo cual parece más bien todo lo contrario y si bien se habla de temas de izquierda la vida practica conlleva una ejecutoria de situaciones distintas a la rectitud expresada en la cháchara diaria.
Esta revolución no tiene cualidades morales para permanecer en el tiempo y será derrotada en forma humillante a través del voto popular dejando claro entonces que,”sin moral revolucionaria no hay revolución”.
Antonio José Rivera Chávez
#opinion: Revolución sin moral es una farsa por: Antonio José Riera Chavez
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