A escasos 35 días de la celebración del proceso electoral en Venezuela, que tiene como único objetivo la elección de un nuevo Presidente de la República, para el período 2013-2019, los sondeos de opinión pública, comienzan a reflejar la actual correlación de fuerzas y el nuevo mapa político, que ya se expresó en las pasadas elecciones parlamentarias del 2010, cuando los factores democráticos, cohesionados en la Mesa de la Unidad Democrática, obtuvo el 52% de los sufragios emitidos por los venezolanos.
El candidato Presidencial de los demócratas, parido en unas elecciones primarias abiertas Henrique Capriles, gracias a la titánica campaña desplegada a lo largo y ancho de la geografía nacional, que lo ha llevado a recorrer más de 200 pueblos, ya supera al Presidente saliente y candidato del gobierno por varios puntos y con una tendencia ascendente, que nos hace pronosticar, que para el día siete de octubre, ese comportamiento electoral, puede convertirse en una verdadera avalancha de votos, que puede estar bordeando o superando los 9 millones de sufragios, suficientes para convertirlo en el nuevo Presidente de todos los venezolanos y esta realidad se siente y palpa en todos los estados del país y fundamentalmente en la gran Caracas, donde los sectores populares, se han convertido en el bastión político del joven y exitoso gerente político, que en su paso por la Presidencia de la Cámara de Diputados del Congreso Nacional, la Alcaldía de Baruta y la Gobernación del Estado Miranda, ha demostrado ser un gobernante eficiente, de alto contenido y sensibilidad social y fiel depositario de la confianza que los electores le han entregado con el voto. Esta realidad es evidente, notoria y conocida por el actual Presidente-candidato, que con su conducta y apariciones públicas, a diario demuestra, los exagerados niveles de desesperación y angustia que lo invaden, dedicando todo el contenido de sus discursos, no a propuestas para hacerle frente a los gravísimos problemas de la Nación, generados por su inepto gobierno, sino a responder con insultos y descalificaciones, en tono destemplado, agresivo y vulgar a quien domina en las preferencias electorales del pueblo venezolano y quien lo derrotará aplastantemente el próximo 7 de octubre de este año Henrique Capriles.
Lo mejor que hace Capriles es no responder esos insultos, ignorarlo como ha hecho hasta ahora, debe seguir siendo su conducta, continuar haciendo propuestas concretas y factibles. En todos los ámbitos de la vida Nacional debe ser el norte de su campaña y proseguir visitando los pueblos, para escuchar sus planteamientos y necesidades, es la razón de ser de esta novedosa y exitosa campaña, por ese camino está garantizado el triunfo en las venideras elecciones y sólo resta que los equipos electorales, conformados por miembros de mesa, testigos y las demás operaciones que lo conforman, diseminados en toda Venezuela, asuman el rol que les corresponde, en cuanto a la defensa y protección de los millones de votos, que serán emitidos a favor de la Democracia, la Paz y el Progreso, expresado en la candidatura de Henrique Capriles. No hay alternativa, hay que vencer, Todos a votar en la Tarjeta de Unidad Democrática!
Pedro Segundo Blanco
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