La doctora Isis Fernández, directora de Salud Ambiental y de Contraloría Sanitaria, de la Dirección Sectorial de Salud, dependiente de la Gobernación del estado Lara, llevó a cabo una inspección en la llamada “morguecita” del Cementerio Nuevo, ubicado en la vía Quíbor.
Se trató de una labor de rutina, aclaró, sin embargo, es un llamado a la conciencia de la autoridad municipal a fin de mejorar las condiciones de la infraestructura donde llevan a cabo las autopsias de cadáveres, en su mayoría, aún sin reconocer por parte de sus familiares o en avanzado estado de descomposición.
La estructura que tiene forma de capilla, está más que deteriorada: el techo no tardará en venirse abajo a causa de la falta de mantenimiento, mientras que las paredes se observan rayadas y agrietadas. Sólo que no es lo más grave. No hay puertas, ni ventanas selladas, contribuyendo a la insalubridad.
“Un espacio como este, debe ser un sitio cerrado, con aire acondicionado, de tal manera que no exista contaminación. Es evidente que la infraestructura es inadecuada; una situación alarmante para los trabajadores del Cementerio Municipal y las personas que frecuentan el camposanto”, aportó la doctora Fernández.
Asimismo, indicó que el riesgo de salud pública aumenta cuando se enfrentan a desechos tipo D, referidos a las amputaciones de algún órgano en el momento de la necropsia.
“Como vemos que no existen las condiciones para practicar las autopsias en este lugar, es posible que al tratarse de autopsia tipo D, felinos, caninos o roedores se conviertan en reservorios y trasladen esos órganos por doquier”, agregó la directora sanitaria.
De esa espeluznante posibilidad que avizoró la doctora Isis Fernández, dieron fe los hombres que ganan el sustento para sus familias, limpiando las tumbas. “Los perros se la pasan metidos ahí (en la morguecita) y no hay quien los detenga cuando muerden los cadáveres”, expuso José Timaure, habitante de la zona.
Guantes, tapabocas, hisopos, entre otros elementos, están entre la maleza de los alrededores. Hasta los cartones y bolsas, están dentro de la clasificación de desechos, tipo A. De cualquier forma, es un área peligrosa para la salud de las personas.
Lo conveniente en este caso, concluyó la titular de Salud Ambiental y Contraloría Sanitaria, es que la Alcaldía de Iribarren asuma el caso con la responsabilidad que amerita y así no existan daños al hombre ni al ambiente.
La morgue del HCAMP está abandonada
La doctora Isis Fernández, directora sectorial de Salud Ambiental y de Contraloría Sanitaria, explicó que en teoría la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda debería recibir sólo los cadáveres que surjan de ese hospital y no provenientes de otros sitios. Hasta marzo de este año, se realizaron 1.144 autopsias forenses y 25 autopsias clínicas. Con los cadáveres que lleva el Cicpc a la morgue del Hcamp, dijo, se sobrepasa la capacidad que tiene la sala de necropsia.
Fotos: Ángel Zambrano