Ciertamente que no es un récord como para sentirnos orgullosos, y que desdice y pone de nuevo en entredicho la gestión de la actual administración, el último Reporte Anual 2012, elaborado por Fraser Institute de Canadá, sobre Libertad Económica en el mundo, el cual coloca a Venezuela en el lugar N° 144, es decir en el último puesto, incluso por debajo de Zimbawe, lo que indica que la economía venezolana, en este último año, se ha desenvuelto en un escenario de restricciones totales.
El cerco que ha venido montando el Gobierno en contra de la empresa privada, con la finalidad de debilitarlo y ponerlo de rodillas, no es ninguna novedad, ha estado presente en el marco legal contentivo de normas que son contrarias a los principios del libre mercado; otras como la Inamovilidad Laboral y la Ley Orgánica del Trabajo, se han convertido en cuellos de botella que impiden el desarrollo de las empresas en el país; la Ley de Timbres Fiscales de Aragua, donde el costo de un sello se ha incrementado entre 2.000% y 5.000%; el cada vez más oneroso costo de los servicios básicos, la inoperancia de los principales puertos nacionales, donde se aplican unas tarifas impagables; las invasiones y ocupaciones de tierras, las expoliaciones que hace el Estado, la cada vez más pesada carga tributaria y las constantes amenazas contra la propiedad privada, son el mejor reflejo de esta realidad que vive la empresa privada en Venezuela.
Es evidente que la situación que hoy se está viviendo en el país, contrasta con la que fue en los años 70 y hasta 80, cuando estaba entre las naciones más libres en el ámbito mundial, ocupando en 1970 el lugar N° 11, en 1975 el lugar 17 y en 1980, el lugar 16 entre 104 naciones evaluadas. En las décadas siguientes la calificación de Venezuela disminuyó precipitadamente, cayendo a 96 en 1990, al 101 en el año 2002, para llegar lastimosamente en el 2012 a ubicarse en el último lugar con una calificación de 4,07 de 10 puntos, ya que en ninguna de las cinco variables evaluadas pasó de 4,72 puntos.
De tal manera que además de tener la inflación más elevada de América Latina y una de las más altas del mundo, donde el Gobierno se siente lleno de orgullo al anunciar que puede cerrar este año por debajo del 20%, como si fuese un gran éxito; también ocupamos los primeros lugares entre las naciones más violentas a nivel mundial, recomendando muchos gobiernos a sus conciudadanos abstenerse de venir e nuestro país y Caracas se ubica entre unas de las capitales más caras en todo el globo.
Pero volviendo al Índice, tal como lo explica Cedice Libertad, en la construcción del Índice se utilizan 42 parámetros que miden la libertad económica: Los fundamentos de la libertad económica son libertad de elegir, intercambio voluntario, libertad para competir, seguridad y protección a los derechos de propiedad privada. El Índice está dividido en cinco (5) grandes áreas: (1) Tamaño del gobierno: gasto público, transferencias y subsidios, empresas e inversiones públicas, (2) estructura jurídica y garantía de los derechos a la propiedad privada; independencia judicial, imparcialidad de los tribunales, cumplimiento de los contratos y restricciones regulatorias a la venta de inmuebles. (3) acceso a una moneda sana y dura: inflación, libertad de mantener cuentas bancarias en divisas (4), libre comercio: barreras regulatorias al comercio internacional, tamaño del sector comercial, tipo de cambio y controles de mercado de capitales. (5) la regulación del mercado de crédito, regulación del mercado laboral y regulación de la actividad empresarial.
Sin derecho a reparación
Por supuesto que en una evaluación de este tipo, científica, estadísticamente bien sustentada, con especialistas en la materia, quienes utilizan las últimas tecnologías, no era difícil para el país ser reprobado en las primeras de cambio, al ocupar la última posición en un Informe cuya seriedad y prestigio es reconocido en el ámbito internacional, con el agravante de que sólo hay una forma de revertir esta acción, y es haciendo un cambio de 180 grados en todas las políticas y acciones que se han venido aplicando en los últimos 14 años, lo que pareciera no estar en los planes de la actual administración, cuya intención, por el contrario es profundizar las restricciones contra la libertad económica en Venezuela.
El presidente de Cedice al presentar el informe señala que el retroceso que cada año tiene Venezuela, se refleja en el debilitamiento institucional, el ataque a las libertades fundamentales, el exceso de regulaciones, controles, restricciones, la desprotección y nula garantía de los derechos de propiedad.
Se cuestiona en el informe el avance del Estado como dueño de empresas, no olvidemos que es propietario de empresas de telecomunicaciones, de comercialización de alimentos, de turismo, de cemento, de siderurgia y metalurgia y de hotelería; la elevada tasa de inflación y las restricciones para el comercio internacional, al extremo que estas empresas bajo el control del Estado llevan adelanta el 56% de las inversiones en el país, dejando a un lado a la empresa privada. Asimismo, en el documento se califica al Gobierno como “menos democrático, autoritario y corrupto de la región”, lo que no es precisamente como para que nos sintamos orgullosos.
Es de esperar que si se cumplen las expectativas que tienen la mayoría de los venezolanos, y se produce un cambio de timón, para el 2013 Venezuela tendrá una mejor posición de este ranking.
Ilustración: Archivo
