“La llamada Misión Vivienda ha sido un engaño en La Miel porque mucha gente sigue viviendo en ranchos esperando las casas dignas que les prometieron”, dijo Juana Lucena, una de las vecinas preocupadas por la desidia demostrada por los responsables de ese programa en la población.
Varias pruebas de ello se encuentran en el sector El Saruro, al este de La Miel, donde varias familias viven en deplorables condiciones en casuchas de latas, esperando les cumplan las ofertas.
María Pérez, la conocida Lula, abogó por esas familias, entre ellas Arrieche y Canelón, con varios niños, a quienes comenzaron a construirles las casas sustitutas de sus ranchos, pero apenas les hicieron las lozas o pisos y se fueron.
Yodmelys Arrieche, una de las madres, explicó que los trabajos fueron paralizados hace más de un año y que ya no aguantan más su permanencia en el rancho.
“Por aquí vienen cuando se acercan unas elecciones, les prometen que van a terminarle sus casitas y después del proceso no se les vuelver a ver la cara”, dijo “Lula” mientras mostraba la situación de las familias del Saruro.
Josefina Heredia, “Chepina”, también está preocupada por la forma como viven esas familias, sobre todo por los niños que son los más propensos a enfermedades provocadas por las condiciones de las ranchos.
Alicia Maza también sigue a la espera de que le construyan la casita que le prometieron cuando se le cayó el rancho donde vivía.
Pero el problema no se presenta sólo en El Saruro pues también humildes familias de Los Jabillos esperan por la tan cacareada Misión Vivienda, que en La Miel no se ha visto por ninguna parte, según afirmaciones de “Lula” y “Chepina”, precupadas por sus vecinos.
En Los Jabillos proliferan las débiles viviendas, con techos improvisados que se los lleva el viento tan pronto se presenta un temporal como el ocurrido el pasado martes.
A eso hay que agregarle el que, como no existen desagües, las callejuelas se convierten en ríos que inundan las casas y dañan los pocos enseres que han podido reunir las familias residentes en ellas. Mientras se cumplía el recorrido con los periodistas llegaron dos funcionarias, al parecer de la Misión Vivienda, pero se retiraron sin ofrecer solución alguna.
En El Saruro también tienen el problema de la red de cloacas pues tan pronto cae una lluviecita se desbordan contaminando todo el sector.
“Esto no se puede aguantar porque los malos olores inundan las casas y provocan enfermedades, sobre todo en los niños”, precisó “Lula”.
Esta semana cerraron la calle en señal de protesta para obligar al organismo que corresponda a hacer algo para que eso no siga ocurriendo.
Les llama la atención el que
a pesar de que casi todo el tren ejecutivo municipal de Simón Planas vive en La Miel, ninguno de ellos se precupe por resolver los diferentes problemas que confrontan diferentes sectores de la población, sobre todo el habitacional.
Fotos. Luis Salazar