El presidente sirio Bashar Assad afirmó en forma categórica que su régimen no caerá y fustigó a algunos países del Golfo Pérsico, acusándolos de usar su gran riqueza petrolera para tratar de derrocarlo.
Las declaraciones de Assad fueron publicadas el viernes en momentos en que un grupo opositor, el Organismo Nacional de Coordinación para el Cambio Democrático en Siria, acusó al régimen de estar detrás de la desaparición de dos de sus líderes.
Los dirigentes Abdul-Aziz al-Kheir y Ayas Ayyash tenían previsto asistir el domingo a una conferencia en Damasco con la participación de unos 20 grupos sirios que exigen la dimisión de Assad. Pero desaparecieron el martes junto con un amigo que los había recogido en el Aeropuerto Internacional de Damasco, indicó el organismo.
El director del grupo, Hassan Abdul-Azim, dijo en declaraciones telefónicas a The Associated Press que al parecer el régimen está detrás de las desapariciones.
La crisis de 18 meses en Siria se ha convertido en una cruenta guerra civil en la que han muerto más de 23.000 personas, según activistas de oposición.
Assad, en una entrevista con el semanario egipcio Al-Ahram Al-Arabi, afirmó que los rebeldes «no triunfarán y que no se repetirá» en Siria una intervención militar extranjera como la que ayudó al derrocamiento del líder libio Moamar Gadafi.
La entrevista con Assad fue publicada un día después de que la aviación del régimen atacó una estación de gasolina en el norte de Siria, lo que generó una gran explosión que dejó 30 muertos y decenas de heridos.
Assad lanzó también uno de sus más duros ataques a Arabia Saudí y Qatar, que figuran entre sus más enérgicos críticos y simpatizan con la oposición. El presidente sirio dijo que esos países intentan influir en la región con su dinero.
«Creen que su dinero puede comprar geografía, historia y un papel regional», dijo Assad.
«Le están dando armas y dinero a los terroristas con la esperanza de repetir el modelo libio», señaló el mandatario. «En vez de contribuir a la estabilidad regional, están suministrando armas y entrenamiento a elementos armados para debilitar al Estado sirio».
Assad afirmó que la única manera de resolver el conflicto en Siria es mediante «el diálogo con la oposición» y que la «puerta para el diálogo está abierta».
La mayoría de los grupos opositores se niegan a conversar con el régimen, pues afirman que no aceptarán otra cosa que la dimisión de Assad y la disolución de las organizaciones de seguridad del gobierno.
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