Irak negó el paso por su espacio aéreo a un avión norcoreano que planeaba volar el sábado rumbo a Siria, debido a sospechas de que estuviera trasladando armas, dijo el viernes un funcionario en Bagdad.
El jueves, Irak negó un reporte de inteligencia occidental indicando que aviones iraníes habían llevado armas y personal militar hacia Siria, pasando por el espacio aéreo iraquí, para ayudar al presidente Bashar al-Assad a aplastar una revuelta de 18 meses.
La acusación, reportada por Reuters el miércoles, dijo que las transferencias de armas fueron gestionadas por la Guardia Revolucionaria de Irán.
«Continuando con la política del Gobierno iraquí de investigar el paso de armas hacia Siria por suelo y espacio aéreo iraquí, las autoridades iraquíes evitaron que un avión norcoreano fuera hacia Siria, luego sospechar de que la nave estuviera transportando armas», dijo a Reuters Ali al-Mossawi, asesor del primer ministro de Irak.
Mossawi dijo que el itinerario del avión, desde Corea del Norte a Siria, despertó sospechas porque no se había producido un contacto entre los gobiernos de Pyongyang y Bagdad sobre el tema.
Mossawi dijo que, pese a los reiterados pedidos del lado iraquí, Estados Unidos no ha presentado evidencia alguna de que naves iraníes civiles estuvieran enviando armas a Siria a través de Irak.
«Hemos dicho a los iraníes que podemos registrar sus aviones en cualquier momento, al azar, y cuando sea que queramos buscar evidencia (de que están enviando armas)», declaró.
«De verdad evitaremos que estos aviones (pasen a través del espacio aéreo iraquí)», agregó.
Aunque las acusaciones de que Irak ha permitido a Irán enviar armas a Siria no son nuevas, el reporte afirmaba que el alcance de aquellos envíos son mucho mayores y más sistemáticos de lo que se admitió públicamente, debido a un acuerdo entre altos funcionarios iraquíes e iraníes.
El informe también sostenía que Irán estaba despachando camiones a través del oeste de Irak en dirección a Siria.
El levantamiento en Siria es políticamente complejo para el Gobierno iraquí liderado por chiítas.
Cercano al aliado de Assad “la chiíta Irán”, Bagdad se ha resistido a unirse a los llamados del mundo árabe y de las potencias de Occidente para pedir al mandatario sirio que deje su cargo y en su lugar ha instado a un proceso de reforma en el conflictivo país.
Los líderes iraquíes temen que la caída de Assad fracture a Siria en grupos sectarios y genere un régimen sunita hostil de línea dura que pueda desestabilizar a la frágil alianza entre chiitas y suníes de Irak.
Bagdad ha reforzado puntos clave a lo largo de su frontera desértica de 680 kilómetros con Siria.
Funcionarios estadounidenses dijeron semanas atrás que estaban consultando a Irak acerca de los reportes de vuelos iraníes sobre el espacio aéreo iraquí. El miércoles, el senador norteamericano John Kerry amenazó con poner bajo revisión la ayuda de Washington a Bagdad si el país no detenía esos vuelos a Siria.
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