La carismática Ruddy Rodríguez, a pocos días de visitar la ciudad crepuscular con su ovacionado monólogo Una mujer con suerte, hizo un alto en su agenda para conversar con EL IMPULSO sobre el unipersonal que la lleva a retomar una gira por Venezuela, Colombia, Ecuador, entre otros países, y los proyectos que emprende paralelo a su entrega sobre las tablas.
A través del hilo telefónico la talentosa actriz, modelo y empresaria, radicada entre Venezuela y la vecina Colombia, manifestó su alegría por presentar al público barquisimetano Una mujer con suerte, historia colmada de humor e ironía, con toques de drama, risas, poesía y sensibilidad.
No se trata de una comedia sólo para ellas, indicó, está dedicada también a los hombres que se identificarán con las anécdotas que surgen durante la dinámica puesta en escena de la actriz que tiene más de una década surcando los escenarios del mundo con esta propuesta escrita por su hermano, el dramaturgo Romano Rodríguez.
La cita con Una mujer con suerte será este sábado 22 de septiembre a las 8:00 p.m. en el Auditorio Magdalena Seijas de la UPEL (Oeste).
Más de cerca…
En la pieza teatral Ruddy da vida a Joanel, una mujer llena de cualidades y virtudes.
Es atractiva y afortunada, pero un día un hecho inesperado la separa de su marido, quien antes de su desaparición preserva su carga genética para cualquier ‘eventualidad’.
Cuando ese día llega, la atractiva fémina entrará en una jocosa disyuntiva, que hará reir al público.
-¿Cómo surge su encuentro con el personaje?
– Yo no me encontré con Joanel. Una mujer con suerte me encontró a mí.
Todo surgió a partir de una idea de mi hermano que quiso contar la historia de mi madre, mi hermana, sus ex novias, su esposa.
Joanel es muchas mujeres en una. Pase lo que pase siempre encontraremos algo del personaje en nosotros.
-¿Tiene usted algo de Joanel?
– Por supuesto, ambas somos luchadoras. Aunque a ella le han ocurrido cosas que a mí no. Ha sucumbido, pero tenemos ciertas similitudes. Considero que tanto hombres como mujeres encuentran un poco de ellos en Joane.
-¿Tras bastidores cree en la suerte?
– Claro. Aunque no creo que venga por sí sola. Yo la busco, la trabajo, peleo por ella para que me ilumine, seguir ese camino y manejarla.
-¿A qué invita este unipersonal?
– A gozarlo, a vivir las experiencias desde el escenario, a integrarse a la obra. Acá todos somos protagonistas.
-La obra ya ha conquistado escenarios internacionales, ¿pero a qué espacio más allá de las fronteras desea llegar?
– Recientemente comenzamos la gira por Bucaramanga y estoy muy feliz. A futuro quisiera estar toda una temporada en algún teatro de Bogotá (…) quiero alcanzar los escenarios colombianos porque allí me conocen es por las telenovelas y he compartido en las tablas con otros compañeros, más no en solitario.
-El monólogo lleva más de una década y sigue cautivando, ¿cuál es la clave?
– Recuerdo que desde un principio, mi hermano me dijo: no importa cuántos años lleves haciéndolo, sino que cada vez que abra el telón sientas como que esa es la primera función, que lo hagas como esa primera vez. Y eso hago. Además la obra trata de ejercicios de improvisación y se renueva con el tiempo.
-Ha forjado una extensa carrera tanto en TV como cine y teatro, ¿en cuál se siente más cómoda?
– En el teatro me siento sumamente cómoda, es la única oportunidad en la que el público tiene la posibilidad de estar junto al artista. Por ejemplo, en mi pieza yo llego hasta los asistentes, me responden, se acercan a mí y nos damos un tiempo para compartir.
La televisión es diferente, da fama y reconocimiento e igual me encanta. El caso del cine es distinto, da mayor prestigio.
Entre otros proyectos
Más allá de su carrera como actriz, bien sea en la pantalla chica o el séptimo arte, Ruddy Rodríguez se comparte con su faceta empresarial.
Recientemente presentó su marca dermo-cosmética Ruddy Rodríguez Natural Care que ya se encuentra disponible en el país y próximamente cruzará las fronteras.
Igualmente, la versátil venezolana expande su franquicia de peluquerías.
En la gran pantalla
La polifacética Ruddy Rodríguez asume más de un rol a la vez.
Hace pocos meses, la venezolana culminó con el rodaje de La casa del fin de los tiempos, ópera prima de Alejandro Hidalgo, que se convierte en la primera apuesta cinematográfica de suspenso rodada en el territorio nacional.
En el film, la carismática actriz encarna a una mujer de 82 años llamada Dulce.
Su personaje destila amargura y temor luego que entidades del más allá le vaticinen a sus hijos muertes trágicas.
Para evitar esas despedidas tan lamentables, Dulce emprenderá un viaje físico y espiritual que evite la partida de sus razones de vivir.
Foto: ArchivoMagdalena Seijas