En el Potrero de Bucare, a poca distancia de Bobare, los padres y representantes no encuentran a quién implorar para que algún día se acuerden de ellos pues llevan diez años recurriendo a todos los organismos habidos y por haber para que les construyan un liceo.
Desde que la institución fue fundada han venido dando tumbos de rancho en rancho, de casa en casa, de galpón en galpón, escuchando promesas oficiales de que, “ahora sí les vamos a construir el liceo; sólo falta elaborar el proyecto necesario para comenzar”.
“Ya se han hecho varios proyectos; hemos acudido a FEDE, a la Vicepresidencia de la República, a la gobernación, al comandante Reyes Reyes, al Consejo Federal de Gobierno, hasta nos hemos metido en Chávez Candanga, pero nada hemos logrado”, dice Dagoberto Castillo, uno de los 17 docentes del plantel, quienes enfrentan muchas dificultades para cumplir con su abnegada labor de enseñar.
Hasta hace poco los alumnos estaban distribuidos en diferentes casas, ninguna apta para la educación y hace algunos meses la gobernación compró un galpón y un terreno para que el Gobierno nacional construya el anhelado liceo pero nada se ha hecho.
Los docentes han ido medio acondicionando los salones de clases para iniciar el próximo año en un solo sitio, aunque las incomodidades seguirán.
Berta Arriechi, del consejo comunal del Potrero de Bucare, agrega a la falta de espacio la de agua, de servicios sanitarios y de ventilación.
“Lo que necesitamos es que nos construyan un liceo de verdad; que no nos sigan engañando con promesas electoreras”, afirmó Berta.
Juan Carlos Sánchez, otro de los profesores, acota que se trata de un liceo rural al cual asisten cerca de 200 alumnos del Potrero de Bucare y de otros caseríos de la parroquia Águedo Felipe Alvarado.
Debido a la falta de agua deben acudir a Barbacoas para las clases sobre agricultura.
Explican que los estudiantes tampoco disponen de una cancha donde hacer educación física y para cumplir con esa materia deben caminar hasta dos kilómetros.
Otra necesidad de los estudiantes campesinos del Liceo Bolivariano Potrero de Bucare es una unidad que les sirva de transporte a aquellos que residen en caseríos lejanos de la parroquia y que a diario se exponen a los peligros del solitario camino.
Diariamente muchos de ellos deben caminar horas para recibir clases y luego otras para retornar a sus hogares, bajo los rayos del sol o la lluvia.
Recuerdan que en una oportunidad el hoy aspirante a volver a la gobernación de Lara y actual presidente de Corpolara les prometió la construcción del liceo, pero “tan pronto salió del Potrero como que se le olvidó porque ni nos ha hecho el liceo ni ha vuelto por aquí”, dijo un habitante presente.
La comunidad educativa agradece al gobernador Falcón haber dado un paso para que eso se haga realidad pues ya tienen el terreno y ahora depende del Gobierno nacional si cumple o no con esa trabajadora comunidad.
El profesor Dagoberto Castillo, así como sus colegas, reconocen todas las gestiones que el director del plantel ha hecho para que les tomen en cuenta pero, lamentablemente, nada ha logrado hasta ahora.
¿Será que esperan que los muchachos salgan a protestar en la carretera para tomarlos en cuenta?, se preguntó un representante.
Fotos: Luis Salazar