#Opinión: Mapurite Por: Marcial Roseell

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Hace aproximadamente 35 años, el muy culto periodista Rafael Silva, Caracas, al hacer un comentario sobre la casi patológica saña que bien parece existir por parte de venezolanos, cubanos, centroamericanos, brasileños, y otras poblaciones de nuestro continente, hacia la vida vegetal, hizo referencia a una humilde planta conocida por campesinos, yerbateros, botánicos y hasta homeópatas, con el pintoresco nombre de mapurite, debido al penetrante hedor que despiden sus hojas, tan intenso, que el ganado tras comerla produce la leche con ese fuerte y desagradable hedor, que recuerda al animalito al que también llaman zorrillo.

El nombre científico de la planta en referencia, es Pequiberia Aliasea, cuyos versátiles poderes curativos, conocidos ya desde la época de la colonia, cobraron nueva notoriedad y respetabilidad, debido a su presunta capacidad para combatir ciertos tipos de cancer. El profesor Tobías Laffer, ex director del Jardín Botánico de la Universidad Central de Venezuela, dice que dicho vegetal es conocido en el norte del Brasil desde los tiempos coloniales como “amansa señor” debido a que los inteligentes esclavos se la servían a sus amos junto con el café de manera que sus propiedades sedantes apaciguaran los ardorosos autoritarismos de los señores amos. Parece que en Cuba es donde más la utilizan y la denominan Anamú.

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Volviendo al inicio, la prensa informó de casos en que más de 400 individuos afectados testimoniaban que se habían detenido en sus cuerpos el avance de procesos cancerígenos, ingiriendo cotidianamente la planta; pero después no se ha vuelto a saber de ella. No debe ser cien por ciento anticancerígena, por cuanto también se publicaron referencias de personas que no fueron curadas ni tampoco aliviadas. Al parecer, actúa contra el cáncer, cuando es sembrada en terrenos donde no les pegue el sol directamente y en suelo donde no se haya sembrado nada previamente, ni utilizado abonos ni fertilizantes.

Ahora bien, ¿cura en realidad el bebedizo hecho con hojas y raíces de la planta mapurite? Existe desde luego la posibilidad que su acción benéfica se deba en gran parte al llamado “efecto placebo” en el cual la fe de la persona que ingiere el remedio es tal, que contribuye en su estado de ánimo, haciéndole creer que se siente mejor; pero por otra parte los frecuentes testimonios, que resulta difícil rechazarlos a priori. En este caso, como el de otras tantas panaceas que parecen ponerse de moda, solamente el tiempo y la investigación científica, podrán decir la última palabra. También suele suceder que la ausencia de fe obstaculice la curación; esto es, lo contrario al “efecto placebo”.

El traer esta temática nuevamente a nuestros consecuentes lectores, tiene como propósito hacer que fluya alguna nueva información, si la hay sobre los verdaderos efectos curativos del mapurite. Sin embargo, de no ejercer acción curativa sobre el cáncer, puede tenerla sobre otras patologías.

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