#Opinión: Recordando a Miguel Por: Rafael Torres

Miguel fue un barbero que ejerció por más de 40 años esta grande y hermosa profesión.
Ésta le permitió darse a conocer con todos sus grandes atributos y características personales y especiales que poseía. Al mismo tiempo, le brindó la maravillosa oportunidad de conocer grandes personalidades, con las cuales entabló muchos diálogos importantes, mientras le cortaba el cabello o le arreglaba la barba.
Lo curioso es que el cliente no se iba, sino que se quedaba conversando con el “Amigo Miguel”, porque veían en él muchas cualidades, como el aprendizaje, la orientación y la reflexión, que les inyectaba ante un problema llevado a este ambiente maravilloso, y que aún, se siente, porque, con el favor de Dios, allí permanece, lleno de mucha vida, su hermano, conocido como el “Morocho Mario”, que no le perdió “patá a su hermano”, como dice el refranero popular venezolano, al conservar todos los atributos de su querido hermano Miguel.
Escribir un artículo, dedicado a un amigo que se nos fue, un 26 de julio de 2011, nos produce tristeza, porque, ya no está, físicamente, entre nosotros, pero sí lo recordamos por todo lo positivo que nos enseñó, por los favores recibidos, por enseñarnos a estar siempre alegres, a pesar de las adversidades, por la que pasamos todos alguna vez en la vida.
Esta tristeza se ve recompensada con sus gratos recuerdos. Miguel fue una persona bondadosa, trabajadora, dedicado a su madrecita querida y el resto de su familia, como algunos de tantos valores que aprendió en su seno familiar. Fue un hacedor de amigos y amistades, un don maravilloso y difícil de lograr hoy en día, pero, que él lo hacía con tanta facilidad. Cualidad que muchos envidiamos. Para dedicarle un escrito a un gran amigo, no es tan fácil, porque se sobresatura el cerebro de quien lo hace, con palabras, frases, ideas, oraciones y párrafos maravillosos, llenos de admiración, que se hace difícil escoger, la mejor de las ideas ya que, todas lo son.
También, es difícil terminar un escrito, porque se siente, se percibe, que faltaron muchas cosas, importantes, sin poder decirlas o escribirlas. Pero, como todo comienzo tiene su final, debo finalizar, pero quiero hacerlo con unas palabras que me llegaron a la mente. La Biblia dice que “el mundo va pasando”, pero también enseña cómo vivir para siempre en el nuevo mundo de Dios. Además, explica que “el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2:17). Por eso, nuestro “Amigo Miguel”, permanecerá para siempre, en el corazón de todos sus amigos, que lo recuerdan cada 26 de julio.