José Antonio Torres, de 40 años, fue asesinado la mañana de ayer en el Centro Penitenciario de Centroccidente, mejor conocido como Uribana, ubicado al norte de Barquisimeto.
Estaba en el área de media y le dieron múltiples tiros en el cuerpo y en el rostro.
El hombre estaba siendo procesado por robo agravado desde hace tres años en Tocorón y hacía poco había sido trasladado a Uribana.
Yuri Parra, allegada a Torres, dijo que cada dos meses lo sacaban puntualmente a los tribunales, pero siempre terminaban suspendiéndola, porque en la mayoría de las ocasiones faltaba el fiscal o el juez. “Estábamos acostumbrados a que nunca se hicieran las audiencias. Ya eso era normal para nosotros”.
La mujer agregó que cada mes lo visitaban sin falta y que el hombre había vivido con su esposa en Valencia, estado Carabobo, antes de ser detenido.
Ayer en la mañana decenas de familiares llegaron a la morgue de Barquisimeto con total hermetismo y consternados por la muerte. Se abrazaban y se lamentaban llorando por la inesperada pérdida.
A las 10:00 de la mañana llegó el cuerpo del joven procedente de la cárcel. Sólo llevaba un boxer rojo. Tenía mútiples heridas de balas en todo el cuerpo. Al menos 15 orificios le apreciaron los funcionarios policiales que trasladaron el cuerpo.
El rostro se lo taparon con una sábana blanca porque presentaba diversos impactos de proyectil en la cabeza. Tenía antecedentes por robo del año 96 por la subdelegación Valencia del Cicpc y robo de vehículo por la subdelegación Barquisimeto de 2009, por el cual estaba siendo procesado
En lo que va de año 37 reos han sido asesinados en el penal larense, catalogado como uno de los más peligrosos de América Latina. Dos de estas muertes ocurrieron esta semana.
“Ely era un Jhonson”
Yuly Campos, hermana de Ely Julio Campos, de 26 años, quien fue ultimado el 30 de agosto en Uribana, dijo ayer en la morgue que su familiar era un hombre tranquilo, quien pasaba inadvertido en los penales por su buena conducta.
Agregó que el joven pidió traslado al penal larense para estar tranquilo, porque en Tocorón siempre lo estaban amenazando de muerte por ser guaro. “Le otorgaron el traslado por su buen comportamiento. Llevaba dos meses en Uribana y el 31 le iban a formalizar un beneficio de presentación ante un tribunal, cada ocho días, pero lo mataron”.
Fotos: Dedwison Álvarez