Hasta las 6.00 de la tarde del miércoles estuvo un grupo de vecinos de Pavia en la Comandancia de Policía, esperando por ser atendidos. Ayer, a las 7.00 de la mañana, volvieron a cerrar la vieja carretera a Carora, en reclamo a los supuestos “maltratos” de policías adscritos a la comisaría de Pavia y del barrio Andrés Eloy Blanco.
María Castillo, promotora social de la Gobernación del estado Lara, habitante de la zona, declaró que “los fines de semana son un infierno; los policías nos agarran a tiros como si fuéramos delincuentes. En las casas, hay evidencias de los disparos que hacen en contra de los vecinos”, informó durante la protesta.
La moto que le habían decomisado a uno de los jóvenes de la comunidad, informó, ya le fue entregada, sin embargo, la reunión a la cual fueron convocados por la comisario Marisol De Gouveia, comandante de Polilara, para ese mismo día, nunca se dio. De hecho, fue el detonante para protestar nuevamente.
Solicitan apoyo
A los habitantes de Pavia y de Bobare, entre otras comunidades emblemáticas, no les quedó otra opción más que caminar un largo tramo hasta llegar a la intersección con la avenida Circunvalación Norte, para subir a las unidades del transporte público que escogieron ese punto como parada.
Con neumáticos que ardían en llamas, entre otros objetos, evitaron que los vehículos siguieran su paso en ambos sentidos de circulación. Una vez más se vio interrumpida la labor del personal del aseo urbano que llevaba los camiones con basura hacia el vertedero del municipio.
Una kilométrica cola de carros, retrasó el destino de conductores y transeúntes, en especial para las personas que durante dos días consecutivos, llegaron tarde al lugar de trabajo.
“Deben solucionar los problemas de otra forma; el resto de los vecinos paga por un asunto que desconoce”, dijo la habitante, Carmen Díaz.
Por último, la dirigente vecinal María Castillo, mencionó que la comunidad de Pavia y los sectores Esperanza I y II, recientemente atendidos en viviendas por el gobierno regional, presentan varias deficiencias en servicios públicos que hasta los momentos no son atendidas por los organismos correspondientes. Alegan tener incontables razones para protestar.
“Nos entregaron las casas pero sin servicios públicos: no tenemos cloacas ni agua por tuberías. Los cisternas nos surten a diario pero hay que invertir entre 30 y 100 bolívares para abastecer a toda la familia.
El gobernador debe ayudarnos con esto y con los abusos que comete la Policía”, sostuvo.
Aunado a la falta del vital líquido, señalan la utilización de pozos sépticos, una medida insalubre que los pone en desventaja en comparación a otros sectores del oeste de Barquisimeto.
El alumbrado público para la mayoría de calles, es otra de las solicitudes que hacen los residentes, al igual que la rehabilitación vial de aquellos sectores donde ya cuentan con la red colectora.
Huecos y desniveles en el pavimento, afecta a la popular zona que conduce como antiguamente hasta el municipio Torres.
Fotos: Ángel Zambrano
