#Opinión: El rostro digitalizado y la fiscal general Por: Francisco Cañizález Verde

Teníamos razones para confiar, que después de la inauguración de la Exposición del Nuevo Rostro de Bolívar, el pasado 24 de julio del presente año, los historiadores, los científicos y pintores, nos presentarían con prontitud y acierto, otras iniciativas, relacionadas con el interesante asunto, el rostro de Bolívar, como mejor se aprecia, en su forma integral y exacta, es a través de la pintura, mediante la modalidad de retratos al óleo, en la artística identificación de ingenio, plástica y color.
En estos mismos días, con exitosos comentarios, se abrió en la Galería Nacional de Arte (GAN), la colectiva el Rostro del Libertador visto por sus contemporáneos y perseguía como su objetivo principal: establecer contraste entre los rostros del Libertador, los digitalizados y los que forman la tradicional iconografía bolivariana hasta el año de 1830. Dos resultados de positivas consecuencias se aspira alcanzar en esta casuística exposición. Determinar las influencias y valores predominantes de la iconografía bolivariana de un periodo determinado y las técnicas y sistemas utilizados por los pintores y retratistas para plasmar el rostro del Libertador.
Es de suma relevancia esta exposición abierta bajo los auspicios de la GAN, en cuanto a promover esa temática abierta, de máxima amplitud, que debe dársele al conocimiento y comprensión, de las diversas formas como aparece plasmado el rostro de Bolívar, captado por pintores y retratistas de plurales nacionalidades y países.
La conjunción de posibilidades, que se abren como abanico, indican con diafanidad incuestionable, que el tema bolivariano, por su singularidad específica, no puede analizarse a través de un solo sistema, sino mediante asociación armonizada donde arte y ciencia concilien sus primores en aras a un mayor acercamiento a la realidad.
Esta plural muestra de la GAN, congrega una selección de obras originales y de reproducciones de Bolívar, pintadas antes de bajar al sepulcro, plasman la fisonomía del Libertador, pero no son fidedignas, tal como lo afirma el notable crítico de arte Don Alfredo Boulton.
Bien sabemos que esa pintura republicana que floreció en el periodo de la emancipación, no era original, plasmaba las efigies en soporte al recuerdo y la idealización. Pese a estas reiteradas limitaciones, nadie osará desconocer, que conservan no obstante, un valor relativo a su expresión y significado histórico, patrimonial y artístico, atributos de los cuales adquiere su permanencia en el tiempo, con vigor y lozanía, en armónico complemento de las iconografías, que han crecido y prosperado gracias al influjo promocional.
Opuesta en su técnica y sistematización, se presenta este llamado nuevo rostro de Bolívar, concebido por las denominadas “técnicas forenses”, y es el producto que se quiere contrastar con las extraordinarias muestras que auspicia la GAN. Entonces, ya se sabrá, al sopesar el ponderado juicio de los críticos, las conclusiones definitivas que debemos adoptar. El proceso es confrontar investigación con técnicas forenses y tecnológicas 3D y las imágenes y reproducciones que hicieron los pintores contemporáneos de Bolívar, cuya esmerada síntesis, sin lugar a duda, será, separar la verdad histórica y artística de la verdad científica.
Los pintores venezolanos y con toda razón la GAN, actúan en concordancia con la nobilísima intensión de resguardar el patrimonio artístico de la nación que integra la plástica contemporánea, conservado y protegido como legado estético y logro del ingenio humano. También, por las consecuencias que temen pueda producir, la actitud asumida por la Fiscal General de la Republica, al ordenar desalojar de las oficinas del Ministerio Publico los retratos de Bolívar no digitalizados y que esa desatinada acción, se cumpla en menoscabo de ese preciado conjunto de arte que representa la iconografía que crece con el tiempo y la fiel admiración de las glorias insignes del Libertador. Tampoco se debe desentender que la iconografía es una función independiente de la fisonomía.
Precipitado y de infundado juicio el proceder de la fiscal general, porque el proceso no ha concluido, ni es de obligatorio cumplimiento. A no ser que obedece al solícito empeño de acaparar más puntos, en esa obsesión, de ser más cumplidora de la orden del autócrata, que es similar a seguir sin objeción, como sigue la sombra al cuerpo.