Todos y cada uno de los ciudadanos de una urbe desean disfrutar de los mismos derechos y beneficios, sobre todo en los que respectan al área de la salud. Hoy en día, el estado Lara cuenta con un centro asistencial de referencia, el Hospital Central Antonio María Pineda, en el cual se atienden a pacientes de Lara y estados circunvecinos, por su amplia y calidad de servicios, especialistas destacados y atención las 24 horas del día en la emergencia adulta.
Sin embargo, el hospital aún presenta infinidad de necesidades, que van desde insuficiente dotación, hasta obras que, aunque se encuentran culminadas y listas para su uso, no han sido entregadas por parte del Gobierno central.
A pesar de los esfuerzos de la Gobernación de Lara, por iniciar y entregar en tiempo récord obras de magnitud e importancia para el Hcamp, esto no es suficiente. Alrededor de seis obras en manos del Ministerio del Poder Popular para la Salud se encuentran paralizadas, algunas de ellas completadas pero sin entregar a las autoridades del centro hospitalario para comenzar a darles buen uso.
La colectividad al conocer esta situación, que salió a la luz pública gracias a la crisis del Servicio de Anatomía Patológica, ahora exige la entrega de dichas áreas, que beneficiarían no sólo a los pacientes sino también a los cientos de trabajadores que laboran a diario en el Hospital Central.
Tal es el caso de un espacio anexo a la morgue, iniciada hace cuatro años, un área que se nota remozada y completa, sólo a la espera de dotación, pero sin ningún tipo de movimiento o esperanza de que esto se complete en un corto período de tiempo.
Asimismo, se encuentra en servicio de nutrición, la cocina donde se preparan alrededor de mil 500 comidas diarias para los pacientes hospitalizados. Sólo una pared separa a los trabajadores del departamento de nutrición de la nueva cocina, en la cual por un pequeño orificio se puede observar que está completamente culminada, con todos los implementos instalados y listos para su uso. Alrededor de 18 trabajadores, separados por turnos, se esfuerzan por preparar los alimentos en un reducido espacio, con enseres dañados y en situación peligrosa.
El llamado de la colectividad es claro, los más humildes quienes hacen uso del Hospital Central Antonio María Pineda y que no tienen los recursos para acudir a una clínica privada para atender sus enfermedades, exigen a las autoridades dejar a un lado los conflictos políticos y trabajar en pro de beneficiar al pueblo.
Fotos: Ricardo Marapacuto