Desde tempranas horas del día, la población de Siquisique, en el municipio Urdaneta, comenzó una movilización sin precedentes en la historia local, para recibir al candidato a la Presidencia de la República, Henrique Capriles Radonski, quien, a lo largo del día, recorrería las calles del poblado para luego dirigirse a Aguada Grande, Santa Inés y finalmente, Duaca.
Los dirigentes de la Mesa de la Unidad Democrática, Macario González, Julio Anzola, Lorenzo Monasterios, Guillermo Palacios, Alfredo Ramos, entre otras figuras políticas, acompañaron al pueblo congregado para esperar al “flaquito” quien busca gerenciar al país en los próximos 6 años.
Un rosario de problemas denunciaban a viva voz los habitantes de la zona, quienes dijeron estar dispuestos a consolidar la demanda de cambio político en Urdaneta. “Hay un desbordamiento del pueblo de Siquisique. Esto es irreversible; se ha despertado la consciencia de la gente que quiere un cambio”, declaró el diputado y candidato a la alcaldía de Iribarren, Alfredo Ramos.
Por su parte, el productor Julio Anzola, señaló que con un nuevo Gobierno “terminarán las expropiaciones y la inseguridad en el campo. Los trabajadores quieren financiamiento y mantenimiento de las vías agrícolas”.
Tanto Anzola como Macario González coincidieron en que el destino del país cambiará radicalmente el 7 de octubre. En este sentido, los sectores rurales tendrán una labor fundamental en el resguardo de los votos y la defensa de la voluntad popular.
Un nuevo liderazgo
Poco antes de las 12:00 del día, el sonido de las sirenas y la algarabía del pueblo anunciaban la llegada de Henrique Capriles Radonski, quien acompañado por el gobernador Henri Falcón, inició a toda velocidad una caminata por las principales calles de Siquisique en dirección a la avenida principal que conduce a Aguada Grande.
La capacidad física de Capriles Radonski se hizo evidente, por cuanto la gran cantidad de personas que lo rodeaban no le fatigó ni un solo segundo.
La caminata se convirtió minutos después en una caravana que trasladó al candidato hasta la población de Aguada Grande específicamente hacia la escuela El Desecho.
“Buenas tardes”, dijo Capriles a la multitud, mientras la mayoría de los asistentes confesaron sentirse asombrados pues era la primera vez que un candidato presidencial les visitaba. “El desarrollo de Venezuela tiene que ser de abajo hacia arriba, no desde las grandes ciudades sino de entre la gente de los pueblos”.
En la escuela se inició una asamblea con miembros de la comunidad, quienes curiosamente no le decían candidato sino Presidente.
Capriles anotó en una pequeña libreta los principales cuestionamientos de los voceros. Cómo apoyará su programa de Gobierno a las amas de casa, de qué forma serán mejoradas las misiones sociales y cuándo se efectuará el pago de los pasivos laborales a los trabajadores del sector público, fueron algunas de las interrogantes que plantearon cuatro voceras. “No voy a ser un Presidente que estará metido en el Palacio de Miraflores… el éxito depende de esto, del contacto con el pueblo, darle la palabra a la comunidad”, dijo.
En este sentido, Capriles Radonski señaló que él forma parte de un nuevo liderazgo que promueve el compromiso directo con las comunidades. “A quienes amenacen con sacarlos de las misiones por apoyarme, no se preocupen, quedan 32 días para que eso quede atrás… el poder tiene fecha de vencimiento, 14 años son más que suficientes”.
Reiteró que las misiones y programas sociales serán mejoradas, y durante su Gobierno no habrá ningún joven sin estudiar. “Vengo aquí a pedirles la confianza. En mi Gobierno nadie tendrá que ponerse una franela de algún color para reclamar sus derechos”.
Cuestionó las políticas oficiales que han perjudicado la producción nacional y privilegiado las importaciones. “El programa agroalimentario del Gobierno es una gran mentira”.
La ocasión sirvió de escenario para que el candidato se comprometiera personalmente con los jubilados y pensionados, a otorgarles ticket de alimentación y un subsidio para las medicinas. “Si dejamos de regalar petróleo, en un año nos ahorraríamos 7 millones de dólares. Con ese dinero podemos responderle a nuestros abuelos, a los trabajadores públicos”.
A este último sector también le prometió cancelar las prestaciones sociales en efectivo, y no mediante los Bonos Petrorinoco que comenzó a entregar el Estado. “En 2001 el Gobierno anunció que las deudas se cancelarían en su totalidad. Han pasado 11 años y no lo hizo ¿Ustedes creen que lo hará en los próximos 6 años?, eso es puro cuento”, añadió.
A su juicio, la formación de 3 millones de nuevos empleos serán esenciales para el mejoramiento de la calidad de vida de la población, a través de la diversificación de la economía y las alianzas entre los sectores que componen la vida nacional. Por su parte, el gobernador Falcón expresó su satisfacción por la respuesta de los urdanetenses. “Esta es la realidad del 7 de octubre”, dijo.
A la 1:30 minutos del día, Capriles Radonski se despidió de la multitud para dirigirse a la población de Santa Inés.
Fotos: Simón Alberto Orellana
