#Opinión: Notas acerca de la libertad Por: Silvestre Asdrúbal Pérez Casanova

Hoy quisiera tratar de referirme a la libertad, sobretodo en esta época en que se le cercena de múltiples maneras. En el Diccionario esencial de la lengua española encontramos que la libertad es la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera u otra, y de no obrar; siendo responsable de sus actos. Y se puede añadir que la libertad es la capacidad soberana que tiene un individuo para decidir su propia vida sin ningún tipo de presiones y en exclusiva función de sus aptitudes, inteligencia y voluntad.
El concepto de libertad y propiedad privada se encuentran intrínsicamente relacionados. El verdadero gozo de la libertad sólo es completo si una persona no ve limitada su capacidad de iniciativa, su libertad de pensar, de expresarse y de actuar sin más cotas que la ley y las buenas costumbres.
La libertad requiere un nivel mínimo de prosperidad para ser efectiva. Quien es pobre y depende de la caridad para sobrevivir, siempre va a depender de su bienhechor. Al respecto, la autoridad en Venezuela ha cometido muchos atropellos contra las personas más humildes. Por ejemplo, hemos visto a personas haciendo cola frente a las instalaciones de un Pedeval por casi dos días (y cuando llueve aguantan implacablemente el aguacero que se les vino encima) solamente para adquirir un electrodoméstico o un trozo de pernil para llevar a sus hogares.
La justicia, el orden social y el progreso jamás son las tareas de autoridad alguna. Es el fruto de los hombres que asuman el trabajo de hacer más libre, más próspero y menos injusto el mundo en que viven.
Ha propósito de los tiempos en que vivimos hay que señalar que la tiranía y la libertad son términos contrarios. Refiere Juan Montalvo que en casa de tiranos, la libertad es un contrabandista. Los gobernantes déspotas y autocráticos se instalan en su palacio, echando fuego por los ojos y rechinando los dientes. “Un Gobierno para ser legítimo ha de contar con media nación, por lo menos; de otro modo siempre estará en guerra con ella, y en la necesidad de destruirla para no ser destruido. Mientras la fuerza armada tenga que hacerlo todo, no habrá ni seguridad, ni dignidad”
En los países donde la libertad es la reina, sus ciudadanos tratan de darse para sí las leyes que cuenten con el saber de los hombres de bien y de progreso y la aprobación de la mayoría de la población. Afortunadamente contamos con el libre albedrío de mujeres y hombres para hacer frente al abuso y el desgobierno de los tiranos.