Está bloqueada la carretera de acceso a pueblos y a las obras del portal de entrada del sistema hidráulico
La situación en las parroquias Yacambú y Quebrada Honda de Guache, municipio Andrés Eloy Blanco, seguía siendo crítica este martes debido a que la carretera que les comunica con Sanare continuaba tapiada por completo en dos tramos en el sector Guayabal a raíz del derrumbe de toneladas de tierra y rocas ocurrido el domingo.
Iguales circunstancias se mantenían en el portal de entrada del Sistema Hidráulico Yacambú Quíbor ante la imposibilidad de unos 400 trabajadores de tres empresas de llegar al sitio, a lo cual se debe agregar la falta de combustible, alimentos y otros rubros necesarios para mantener activos los frentes de trabajo.
Hasta este martes al mediodía sólo habían llegado al lugar un pequeño jumbo y un tractor de cuchilla D-9, de una contratista privada, aunque estaban a la espera de otro jumbo de mayor capacidad.
Sin embargo, algunas personas presentes comentaron que serían necesarias otras maquinarias grandes para que al menos en una semana se pudiera abrir parcialmente el paso de algunos vehículos, aunque otros daban más tiempo ante las miles de toneladas de tierra y roca que se desplomaron sobre dos tramos de la carretera.
Este martes, ingenieros, geólogos, topógrafos y otros técnicos en la materia, pertenecientes al Ministerio del Ambiente, SHYQ y constructoras privadas estudiaban en el terreno las alternativas a aplicar para terminar con el aislamiento de unos 60 caseríos de la zona, así como del portal de entrada de la presa.
Se habló de abrir un camino por otro lugar para así poder trabajar con mayor seguridad en el sitio del derrumbe.
Algunos campesinos seguían arriesgándose cruzando sobre la montaña que se formó en Guayabal, pese a las advertencias de que la tierra continuaba deslizándose desde la parte alta.
Falta de mantenimiento
Para Daniel Quiñones, ex alcalde de AEB y candidato de la MUD para sustituir a Alfredo Orozco, lo ocurrido en Guayabal es producto de la falta de mantenimiento de la vialidad rural en ese municipio.
Aclaró que esa vía es responsabilidad del Sistema Hidráulico y de Inparques y no de la gobernación como quiso hacer ver un edil chavista pues en junio del 2009, por decreto, al gobierno nacional asumió el control de las carreteras, incluyendo las rurales.
“Todas las vías en el municipio Andrés Eloy Blanco están en pésimas condiciones, pero el alcalde Orozco, como no visita los campos, no se da cuenta, y la gobernación, aunque no es su competencia, ha colaborado acondicionando algunas”, dijo Quiñones.
Indicó que lo ocurrido en Guayabal puede ocurrir en otros sectores de Yacambú por falta de mantenimiento, lo cual impedirá a los caficultores de la zona sacar la próxima cosecha.
“Se oía muy feo”
Nancy Pineda vive a pocos metros de donde se produjo el derrumbe y manifestó que desde el domingo en la madrugada comenzaron a escuchar cuando bajaban las rocas.
“Eso se oía muy feo con esas piedras cayendo y yo lo que hice fue poner la fe en Dios para que no nos pasara nada. El derrumbe no alcanzó la casita, aunque sí se llevó la manguera por la cual nos llegaba el agua desde arriba. Sólo me quedó un pedazo”, dijo.
“No le hacen nada”
Isidro Mendoza estaba en el lugar procedente del caserío La Escalera, uno de los que están aislados.
“Hace años que no le hacen mantenimiento a estas carreteras. Las máquinas no se ven nunca por aquí y todas las vías están malas”, afirmó.
“Es cosa de Dios”
Víctor Pineda Colmenares dijo tener 70 años viviendo en la parroquia y no entiende las causas del derrumbe.
“Ahí no hay agua y tampoco han talado la montaña. Eso es cosa de Dios porque yo he visto derrumbes en la zona pero ese es el más grande en mis 70 años”, expresó.
Mantenimiento
Pedro Blanco también es de La Escalera y dijo que hace unos 15 años que “no le meten mano” a la carretera del caserío.
Calcula en unos 65 el número de caseríos aislados, cuyas únicas salidas son hacia Cubiro o Portuguesa, aunque por caminos muy deteriorados.
Muchos de sus habitantes acuden al lugar a ver lo que se está haciendo, aunque regresan sin muchas esperanzas de soluciones inmediatas.
Fotos: Elías Rodríguez