#Opinion: El Problema Carcelario Por: Rafael Albahaca

El Sistema penitenciario venezolano actual al igual que del resto del mundo funciona como una maquinaria colonial de degradación, destrucción y muerte de quienes tienen la desgracia de caer en sus tenebrosos y obsoletos recintos. El mal dominante en este socialismo paupérrimo liderizado por el inquilino de Miraflores, es caracterizado por una corrupción despiadada, desmedía e ineficaz por quienes ostentan el poder y por sus secuaces al impartirlo, que se ceba cada día más sobre el sufrimiento de miles de seres humanos quienes ven vulnerados sus más elementales derechos; contradiciendo los postulados de la madres de la leyes como es la Constituciòn de la República Bolivariana de Venezuela, pregonada y guardada en el bolsillo del Presidente Saliente, de los Tratados Internacionales que son leyes con rango constitucional y del sin fin de Leyes promulgadas para apaciguar el drama carcelario que se vive actualmente. La Política carcelaria es caracterizada por el hacinamiento inhumano ante la vetustas instalaciones que los albergas, la desidia actual del gobierno encabeza de sus representantes de construir centros penitenciarios acorde con la realidad social que brinde comodidad, seguridad y áreas de esparcimiento. La corrupción reinante por quienes controlan, vigilan y custodian dichos recintos penitenciarios, circunstanciado a un denigrante e ineficaz Sistema de Justicia (Poder Judicial, Ministerio Publico y Defensoría del Pueblo) cuyos valores y preceptos constitucionales duermen entre las hojas de los libros y el Alzheimer de sus funcionarios. La descomposición social en nuestros centros penitenciarios es de tal grado que son los reclusos los amos y señores de las cárceles ante la inoperatividad del gobierno, el nacimiento de los llamados Pranes, reos estos de alta peligrosidad quienes son los que detentan el poder y por consiguiente se han convertido en los líderes nacionales de los recintos a tal extremo que controlan y supervisan todo el funcionamiento de los mismos. Estos cabecillas han desplazado por completo la poca autoridad que el gobierno a través de sus funcionarios mantenía sobre los centros. Pero aún peor, es la CEGUERA con que los altos funcionarios del Saliente de Miraflores desconocen, y mienten sobre el problema en cuestión al NEGAR REITERATIVAMENTE que todo lo se manifiesta en los medios de comunicación es falso, alejado a la realidad de los hechos. Es inaceptable que el País que vio nacer al más grande de América, a nuestro Simón Bolívar se vea sumergido en la fantasía alucinante del leviatán de sabaneta al señalar y reafirmar que Venezuela es Paz, Amor y que todo marcha sin contratiempo de ninguna índole. La realidad es otra, no se tiene control sobre las cárceles, la corrupción imperante de la misma es extrema al permitir el ingreso de armas de cualquier clase y naturaleza. La pregunta que nos hacemos: ¿Quiénes las ingresan a los centros? ¿Cuánto dinero cuesta las mismas? La ineficacia del recién creado Ministerio Penitenciario en manos de la fosforita sin experiencia en estos asuntos y en cualquieras otros; al tal extremo que ni siquiera se ha permitido hacer una clasificación exhaustiva del total de los reclusos, su condición (primarios o no), quienes deben pernotar en cárceles de máxima seguridad y quienes no, que programas se están implementado para su reinserción a la sociedad, que tratamiento racional, legal y ajustado a derecho implementar para hacer efectiva la justicia etc. y no optar por la brutal idea de entregar boletas de excarcelación a la buena de Dios.
En fin, es interminable las causas que son parte del problema carcelarios solo esbozamos algunas, lo que si estamos seguros es que se necesita gente inteligente, capaz, comprometida para afrontar este flagelo, pero de manera decidida firme con ideas claras y precisas y donde la POLITICA no interfiera en la sana y fructífera labor de solventar esa enfermedad. Depende de todos nosotros construir ese camino. La esperanza está a la vuelta de la esquina, VOTA por el Futuro.