#Opinión: El individuo disciplinado para la vida Por: José Gregorio Colina

Una persona al llegar al mundo, sus padres responsablemente debe asumir el compromiso de guiar su proceder por la vida de su descendiente que tienen a su cargo en el mundo terrenal.
Uno de esas responsabilidades es disciplinar al individuo en adecuado desarrollo en el paso por la vida. Al disciplinarse en las preceptivas legales tanto social como celestial se toma un factor muy importante como es el decálogo del Papa Juan XXIII conocido como el papa bueno. No obstante, se establece primeramente una definición del término (decálogo) antes mencionado, de acuerdo con lo señalado por el Diccionario de la Real Academia española “(Del lat. decalŏgus, y este del gr.) Conjunto de normas o consejos que, aunque no sean diez, son básicos para el desarrollo de cualquier actividad”.
De acuerdo a lo reseñado por el texto alfabético hay que seguir una serie de procedimientos obteniendo un buen resultado, dirigido por el mismo para realizar determinada tarea, estableciendo la preparación personal intrínseca del individuo. Una vez definido el vocablo antes citado se expresara textualmente en el «decálogo de la serenidad» citado por Pérez Esclarin Antonio en el numeral 2 referido textualmente así: «Solo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto: cortés en mis maneras, no criticaré a nadie y no pretende mejorar o disciplinar a nadie, sino a mí mismo».
En el planteamiento presentado por el agente religioso en el texto citado por Esclarin hay que observar que no hay que criticar a ningún individuo, más bien fijarse uno mismo en los errores cometidos continuamente e ir mejorando esa parte negativa evitando incurrir nuevamente en lo mismo. De igual forma, sin criticar el comportamiento de otros. Si una persona viste extravagantemente no se debe copiar ese negativo ejemplo, motivado a acarrear serias dificultades sobre todo a nivel personal, perjudicando su personalidad.
Al vivir sanamente en la vida se toma en cuenta la observación del mismo individuo como tal. Saber corresponderse con los demás individuos sin copiar modelos negativos para no perjudicarse integralmente.
En este orden de ideas, el ser humano que se muestre tranquilo sin dejarse influenciar por las experiencias observadas que inhiban negativamente va fortaleciendo su personalidad prevaleciendo como individuo culto y sano.
Para evitar confrontaciones u otra serie de conflictos que puedan afectar el sano desenvolvimiento de nuestra vida en las diferentes situaciones hay que mantenerse sereno y mantenerse firme en los pasos y seguro en todas las actuaciones dadas en la vida para alcanzar un buen éxito en las metas propuestas.