Nacieron trillizos en el HCAMP

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Lo que Raúl Meléndez creyó que era una broma de su hermana Lismary, cuando lo llamó para decirle que en el ecosonograma que le habían realizado a su esposa Mairú Infante reflejaba que tendría tres hijos, ayer se convirtió en realidad.

Nacieron tres hermosos bebés, como una bendición para dos familias que se abrazaban y entre llantos y risas celebraban con emoción este hecho, que de ahora en adelante les cambiará la vida.
Treinta años tiene la feliz madre Mairú Infante, quien fue atendida en el Hospital Central Universitario Antonio María Pineda. En este centro de salud recibió la ayuda en la cesárea de la coordinadora de Sala de Parto, Nubia González, así como de Norkis Castillo y la doctora Dainery Graterol.
Con 36 semanas vio nacer a estos tres barquisimetanos. El padre, los abuelos y las tías, agradecen al doctor Leopoldo Francisco, quien desde el primer mes de gestación atendió a la embarazada. Según ellos, es “el abuelo de los trillizos”.

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Una historia que se triplica
Y allí estaban en el tercer piso del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda. Las muestras de cariño se daban cita, la ocasión la ameritaba.
Tres nuevas personitas se integran a la familia Meléndez Infante.
Raúl Pastor Meléndez, el padre, los presenta con orgullo.
“Les colocamos nombres bíblicos. Jesús Daniel nació a las 10:15 de la mañana y pesó 2 kilos 700. Moisés David llegó a las 10:16 y pesó 2 kilos 500. Y Matías Samuel nació a las 10:18 y pesó 2 kilos”.
“Se practicó una cesárea, todo el embarazo fue controlado y natural porque no hubo inseminación artificial. Se hicieron varios ecos, incluso 3D. Tanto en la familia de ella como en la mía hay morochos. Hubiese sido normal dos por esa herencia. Pero un día que no la pude acompañar, me llamó mi hermana para darme la noticia de que eran tres y la verdad no lo podía creer. Pero la verdad es que es una emoción y un regalo muy grande”, dijo el padre de los tres niños.
Comentó que estaban buscando la hembra, porque ya tienen dos hijos varones: Franklin Alberto de 12 años y Raúl Alberto de 6 años, dos alegrías que conforman este hogar.
Los abuelos allí se encontraban. Raúl y Omaira de Meléndez, Humberto y Omaira de Infante, esperaban con ansias para darle la primera bendición a los tres nietos que alegraban su día y su vida.
También las tías y los tíos, Lismary, Hilda y Héctor Meléndez, se encontraban felices, nada les perturbaba, no había otro pensamiento y tema del cual hablar que el de sus sobrinos recién nacidos.
“En la familia Meléndez éramos 230, con el nacimiento de los trillizos sumamos 233. Estamos muy alegres”, dijo Lismary Meléndez.
Cuando los sacaron, el padre se llenó de emoción. Ya no veía el teléfono celular, contemplaba la creación de Dios representada en sus hijos. Era su anhelo tenerlos cerca y poderlos observar bien, con cuidado, con detalle. Al final, un gesto único y característico de un papá, el beso en la frente a los trillizos y la bendición que por siempre les acompañará.
Fotos: Edickson Durán

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