Cuando salen a los patios de sus viviendas o ranchos de zinc, sienten mucho miedo, por el progresivo deslizamiento del cerro donde fueron construidos sus domicilios.
Se trata de un grupo de familias de las comunidades El Roble y Colinas Divina Pastora, ubicadas en el sur de Barquisimeto, más que angustiadas por la zona de riesgo donde siguen viviendo.
Al parecer, existe un presupuesto aprobado desde el Ministerio (pp) de las Comunas para la construcción de un muro de contención que los proteja de una desgracia o derrumbe, sin embargo, siguen a la espera de la ejecución de la obra.
El consejo comunal de El Roble, es el responsable de gestionar el proyecto y, en este sentido, los vecinos afectados solicitan celeridad.
En el caso de Colinas Divina Pastora, cinco hogares necesitarían ser reubicados. Por lo pronto, una de las vecinas se muda a otro espacio del sector, ante el temor de caer al vacío con todo y su rancho de zinc.
No hay otra opción, debido a que aún no terminan de beneficiar a los inscritos en la Misión Vivienda. Este jueves en la mañana, comenzaron a desarmar la humilde estructura para trasladarla a un sitio más seguro.
“Estamos ayudándola a mudar su rancho porque no deseamos una desgracia en la comunidad; la humedad del cerro es peor cada día aunque una piscina que llenan semanalmente ocasiona gran parte de la humedad de la tierra.
El personal de la Empresa Municipal de Infraestructura y Conservación del Ambiente (Emica) sabe de nuestra situación pero no concretan su ayuda”, dijo la vecina Yuli Mercado.
Por su parte, Rosa Catarí, habitante de El Roble, mencionó las calamidades que han vivido con el deslizamiento del cerro: con ayuda de palas y tobos sacan la tierra que cae en la parte trasera de sus viviendas.
A otra de las vecinas, que se identificó como trabajadora de la Alcaldía de Iribarren, aparentemente se le cayó la pared de su casa por esta causa pero no denunciará temiendo alguna sanción.
“Ojalá construyan pronto el muro de contención porque varias familias corremos peligro. Con las lluvias de los días recientes ha empeorado la situación y ocurren pequeños derrumbes.
Las autoridades deben actuar rápido, de lo contrario, más adelante lamentarán una tragedia. Es importante que la familia vecina que utiliza la piscina los fines de semana para esa distracción mientras resolvemos la problemática”, sostuvo.
Grandes y chicos corren peligro, ante el inestable terreno de las familias de Colinas Divina Pastora; mientras que el resto de hogares, los de El Roble, no saben qué hacer con la tierra que se acumula en el patio de sus casas. “Las raíces de los árboles han ayudado a retrasar el derrumbe completo del cerro”.
Fotos: Elías Rodríguez