La vía no está en mal estado. No la están asfaltando, no tiene reductores de velocidad, ni separadores, ni ningún obstáculo que pudo haber incidido en el accidente que se registró en el sector Agua Salada, en la carretera Centroccidental a las 4:30 de la madrugada, que dejó como trágico saldo la cantidad de 10 muertos y 45 heridos. Tránsito Terrestre y Ministerio Público, están haciendo las investigaciones para establecer responsabilidad y saber las verdaderas causas del siniestro.
Retardo al salir
A las 9 de la noche del martes estaba pautado que saliera un autobús desde el Terminal de Cabimas, estado Zulia. Por más que esperaron la unidad no llegaba. A 11:10 de la noche con 28 personas a bordo, de ellos 26 pasajeros, arrancó el Buscama Aeronasa, signado con las placas AW626X, con destino hacia la ciudad de Caracas.
32 pasajeros en Ciudad Ojeda tenían la misma espera. La unidad estaba pautada para las 10 de la noche y la misma llegó a la medianoche, la excusa que a ellos les dieron es que el colectivo se había accidentando y estaban mandando otro para solventar el problema.
Lo cierto es que el Buscama con una capacidad para 60 personas arrancó con 58 pasajeros, más el conductor y su chofer.
Muchos de los usuarios denunciaron que en Cabimas tuvieron que habilitar un conductor, porque no había y al parecer mandaron a un chofer que ya venía de viaje. Este lo que hizo fue darse un baño y abordar el colectivo sin tomar un descanso.
Colearon, golpearon y volcaron
La unidad era manejada por Jesús Paredes (25) y el colector era José Velázquez (47). Se llegó a decir que quien debía estar en frente del volante era Velázquez pero por lo cansado dejó conducir a Paredes.
Migdalia Rodríguez cuenta que estaba en el Terminal de Ciudad Ojeda esperando que su hija y dos nietos abordaran la unidad que llegó retardada. Ella dice que no le gustó ver que en la parte delantera de la unidad subieron a una dama, con la cual el joven chofer iba distraído, sin embargo le dio la bendición a su muchacha quien partió hacia la ciudad de Valencia.
Yarselis Ferrer cuenta que él se montó en Cabimas junto a su esposa. Confirmó la versión de que salieron retrasados y comenta que en medio del viaje varias personas se comenzaron a quejar ante el chofer, porque supuestamente venía a exceso de velocidad. Ferrer venía entre dormido y despierto, cuando siente que algunas personas comenzaron a gritar se dio cuenta que el autobús se estaba coleando. Impactó contra la defensa de la vía y volcó.
“Lo que hice fue no perder la calma. Cuando sentí que ya habíamos volcado, revisé que mi esposa estaba bien, la auxilié y allí comencé a ayudar al resto de los pasajeros. Algunos pedían ayuda. Al cabo de un rato comenzaron a llegar los bomberos y los paramédicos”, comentó Ferrer, quien presentó heridas leves y fue atendido en el lugar del siniestro.
Julio Oliveros (43) era otro de los ocupantes de la unidad que viajaba con su esposa. No se separó de ella en ningún momento; la veía, con angustia, cómo se desangraba y no hizo más que llamar a la familia de la dama para contarle lo ocurrido, mientras la vida de su amada se estaba apagando entre sus brazos.
Funcionarios de Protección Civil, del Cuerpo de Bomberos, Guardia Nacional y funcionarios de Tránsito Terrestre del puesto de Sabaneta, llegaron al lugar para comenzar con lo que era el traslado de heridos y fallecidos hacia el Hospital Pastor Oropeza, de Carora. Desde allí algunos fueron remitidos al Antonio María Pineda y otros al Baudilio Lara de Quíbor.
Un total de 45 heridos fueron atendidos en el principal centro asistencial de Torres. Se trata de 24 mujeres, 13 hombres, 5 adolescentes y 3 infantes. Entre los heridos estaba Velázquez, el colector quien estaba delicado de salud.
Paredes sólo presentó escoriaciones. Según la versión que aportó en el Hospital es que venía por su carril normal y fue encandilado por las luces de un vehículo que iba en el canal contrario y esto lo hizo perder el control.
Inspección y reconstrucción
Una vez que se hizo el levantamiento del siniestro una comisión de Tránsito Terrestre del puesto de Sabaneta, supervisados por Griselda Marchán, comandante de la Unidad 51 de Tránsito Terrestre.
Ellos se encargaron de hacer las mediciones y reconstrucción del siniestro, para verificar la velocidad a la cual venía el colectivo, además que se conoció que desde donde se comenzó a colear el autobús hasta donde volcó había una distancia de 35 metros.
Luego de estas experticias se levantaría un informe técnico que sería entregado a Deibis Alvarado, fiscal 8 del Ministerio Público de Carora, quien se encontraba entrevistando a todos los pasajeros.
Todo parecía indicar que las causas del accidente fueron humanas, pero serán las autoridades quienes den resultados definitivos.
Dos sin identificar
A la morgue ingresaron los cuerpos de diez personas. Se trata de dos infantes que según relatos eran hermanos de 5 y un año y 6 meses. También los de Keyla Guadalupe Galvis Carrero (25); Henry José Vargas Ramírez (27); Yelitza Coromoto López Carrillo (40); Esmeralda Barreto; Milagro Vásquez García (26) y Alexandra Gamboa. Dos cuerpos, uno de una mujer que está en el hospital de Carora y un hombre trasladado hasta la morgue de Barquisimeto, faltaban por ser identificados.
Sobre Alexandra se conoció que era abogada y trabajaba como secretaria en el Circuito Judicial de Cabimas. En cinco años que tenía eran sus primeras vacaciones de la cual le habían dado dos porque las tenía vencidas. Ella se dirigía hacia Caracas.
La hermana de Yelitza cuenta que ella residía en Valencia. Como su esposo estaba de vacaciones fueron a visitar a su madre en Cabimas duraron una semana. La dama era la quinta de seis hermanos y deja dos hijos de 14 y 18 años huérfanos.
Kemel Galvis llegó al hospital angustiado. Prendió el televisor y vio que el autobús que había abordado la segunda de cinco hijos había volcado. Lleno de esperanzas llegó, pensó que la encontraría entre los lesionados, pues eran algunas informaciones que tenían, pero en la morgue lo hicieron pasar y reconoció a la muchacha, quien llegó con vida al centro asistencial pero no soportó las heridas y murió.
Galvis comenta que la joven tenía año y medio de graduada de abogada, iba para Maracay en donde trabajaba desde hace un año. Antes de irse le recomendó que se montara en la parte de abajo, pero el colectivo venía lleno y tuvo que hacerlo en la parte de arriba, en donde para él consiguió la muerte. Señaló el padre consternado que las líneas eran muy irresponsables, pues tenían por costumbre enviar a los conductores sin dejarlos descansar.
Fotos: Daniel Arrieta
