Desde la sede de la Federación de Psicólogos de Venezuela los Colegios de Psicólogos del Distrito Capital y estado Miranda, conjuntamente con Psicólogos sin Fronteras Venezuela, se hacen solidarios con la población de Falcón y especialmente con las víctimas afectadas por la tragedia ocurrida en la Refinería de Amuay en la madrugada del sábado 25 de agosto.
Así mismo, hicieron un llamado a la población venezolana para unirnos con los afectados directos e indirectos de esta tragedia, así como también con los damnificados de las lluvias recientes, sin ningún tipo de discriminación.
María Isabel Paradas, presidenta de la Asociación de Psicólogos sin Fronteras Venezuela, expresó que el objetivo es brindar apoyo a las víctimas de la catástrofe, asesorando a quienes se encuentran en el lugar para que puedan ayudar a las víctimas a superar el hecho.
“Las personas que están sufriendo en estos momentos la pérdida de sus seres queridos o la pérdida de sus enseres y hogares de alguna manera se sienten desoladas y muy tristes, con angustia y estrés de que se repita la situación, pasarán años para que ellos puedan olvidar ese acontecimiento lo que conocemos como un estrés post traumático”.
Ante situaciones traumáticas como estas, las respuestas psicológicas esperadas en los días subsiguientes pueden ser: Reacciones físicas y conductuales como sudoración, hiperventilación, taquicardia, náuseas, diarrea o constipación, dolores de cabeza, llanto, sobresalto, temblores, hiperactividad, hipoactividad, problemas en los hábitos: falta de sueño, falta de apetito, pesadillas referidas al evento, poca motivación a la higiene personal.
Así como también reacciones emocionales, miedo, ansiedad, dolor, tristeza, rabia, vergüenza, culpa, indefensión, desesperanza, embotamiento, sensación de vacío, shock, frustración, impotencia.
Reacciones cognitivas tales como confusión, negación e incredulidad, duda, preocupación, disminución de la atención, problemas de concentración, pérdidas de memoria, recuerdos intrusivos y flashback, autoculpabilización, pensamientos catastróficos, pérdida de seguridad en el mundo.
Además, frente a esta situación de emergencia y acontecimiento traumático, los profesionales de la psicología sugieren: Mantenerse a salvo y seguir las instrucciones del personal de rescate, atender a los grupos vulnerables (niños, ancianos, discapacitados), manteniendo en la medida de lo posible los ritmos de sueño, alimentación y hábitos de higiene, en lo posible mantener a la familia y a los grupos significativos juntos (vecinos, amigos, entre otros), mantener contacto con los familiares, preferiblemente por mensajes de texto para no colapsar las líneas.
De igual forma, mantener informados a los niños de forma honesta pero sin alarmismos sobre lo que acontece. Evitar dejar a los niños con personas desconocidas, permitir la catarsis de los sentimientos, es decir que las personas puedan expresar libremente lo que sienten, retomar las actividades cotidianas lo más pronto posible.
Catarsis necesaria
Es importante que los allegados a las personas afectadas sepan expresar comprensión, empatía y compasión. Estas frases pueden ser efectivas para lograr ese objetivo: “Comprendo lo que estás sintiendo”, “Me imagino tu dolor”, “Sé que estás viviendo el momento más difícil de tu vida”, “Me pongo en tu lugar”, “Si, sé que te estás muy triste”.
“Lo importante es principalmente que nos pongamos en el lugar de esas personas, permitirles la expresión de sentimientos y que puedan hacer catarsis. Permitiendo que las personas se sientan libres de desahogarse. Expresar las emociones es lo que cura”.
Destacó que en este momento es muy importante que la familia se mantenga unida, que estreche los lazos afectivos, es ocasión para el acompañamiento de los seres queridos donde se debe permitir el escuchar, el desahogo de los familiares afectados sin que reciban descalificación de lo que dicen.
Aceptar y comprender que la persona afectada puede sentir impotencia, desolación, desesperación, ansiedad, miedos, etc. Todas estas emociones son parte del proceso por lo que deben ser reconocidas. Es necesario prestarle mayor atención a los sentimientos, a la necesidad de compartir lo ocurrido como una especie de película que incluso ocasiona insomnio y pesadillas.
Es fundamental la toma de decisión de los adultos, informando a los niños lo que está pasando sin generar mayor expectativa. La sola presencia y compañía ante el ser querido, es clave para la contención emocional sin tener dar consejos y promoviendo la empatía hacia la persona afectada.
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