Pequeños productores del Valle del Turbio demandaron al Ministerio de Agricultura y Tierras (MAT) para que cumpla con el decreto 2.743, publicado en el año 2003 por el presidente de la República, Hugo Chávez, el cual establece derechos para los productores agrícolas entre los cuales se encuentra la asesoría técnica especializada y financiamiento para el desarrollo de la región.
En detalle, el abogado Néstor Álvarez Yépez explicó que el decreto presidencial establecía que en la zona de aprovechamiento agrícola especial del Valle del Turbio, conformada por 12 mil 173 hectáreas, debía generarse un ordenamiento integral del territorio “de acuerdo con las condiciones, capacidades y limitaciones ecológicas de los suelos, con la finalidad de lograr un desarrollo agrícola integral para el beneficio colectivo de lo venezolanos”.
En este sentido, el Ministerio de Agricultura y Tierras tenía la obligación de dar a conocer un plan de manejo de las normas y cultivos, así como ofrecer ayuda, apoyo técnico, asistencia financiera y generar obras de infraestructura en pro de los objetivos planteados por el organismo. “A pesar de las obligaciones legales que estableció el decreto, el MAT no dio cumplimiento a ninguna de ellas, en detrimento de los productores y campesinos de la zona”.
Por meses, los trabajadores del campo asentados en el Valle del Turbio esperaron el plan de manejo para desarrollar la actividad agrícola, situación que fue aprovechada por el Instituto Nacional de Tierras (INTI) para calificar las fincas como ociosas o subutilizadas. “Muchos de nuestros productores fueron sacados a la fuerza por funcionarios del INTI, sin que el Ministerio de Agricultura y Tierras hubiese dictado un plan de manejo”.
En este contexto, los productores interpusieron la demanda a objeto de que el MAT cumpla con lo establecido en el decreto presidencial en función de la optimización de la actividad agrícola en el Valle del Turbio.
Vale destacar que esta querella en contra del MAT no fue realizada sólo en nombre de los demandantes, sino también en representación de todos los productores agrícolas que resultaron afectados invocando los derechos colectivos de los trabajadores del campo.
En este sentido, el Poder Judicial publicó un cartel de notificación para que todas las personas que quieran sumarse a la demanda y tomar parte del juicio, sean incorporadas en el lapso de diez días despacho.
Quienes se encuentren interesados pueden dirigirse a la sede de la Sociedad de Cañicultores del Turbio (Socatur) o comunicarse a los números telefónicos 0251-2332762, 0251-2311791.
Amarga realidad
De acuerdo con información suministrada por los productores, el Valle del Turbio está sembrado de mentiras.
Así expresó el productor Rafael Marcial Garmendia al ser consultado sobre la producción de la zona en los últimos años. “Las tierras que fueron tomadas por el Gobierno se encuentran improductivas, y lo poco que se ha sembrado no tuvo éxito”.
Indicó que los girasoles que se observan en las zonas cercanas a la avenida Ribereña se sembraron a destiempo, situación perjudicial para la productividad de los cultivos. “Prácticamente no hay producción alguna”, reiteró.
Algunos productores presentes cuestionaron la ausencia de campesinos en la zona. “Por ningún lado se ven trabajadores cosechando ni trabajando las tierras. Todo ha sido un fracasado ensayo”, dijeron.
Por su parte, el presidente de Socatur, Carlos Pérez, explicó que la producción de caña también ha sufrido severos problemas a causa de la inseguridad jurídica. “El Central Río Turbio tuvo en el pasado la capacidad de moler un millón de toneladas de caña. En la última zafra no llegamos sino a 430 mil toneladas”.
De los 16 centrales azucareros que funcionan en el país, 12 se encuentran en manos del Estado y sin embargo el sector privado se encarga del procesamiento del 80% del azúcar que se produce. “Va a llegar un momento en el que ser buhonero será más rentable que ser cañicultor”.
En este sentido, los productores esperan que la demanda interpuesta en contra del MAT dé los resultados esperados, y pueda reactivarse la actividad agrícola en el imponente Valle del Turbio.
Fotos: Billy Castro/Luis Perozo Padua
