En la avenida Libertador con 51, queda algo más que una institución. Es una fundación sin fines de lucro, que desde hace 37 años nació con un objetivo, ofrecer ayuda a todas aquellas personas que más lo requieren.
Se trata de la Fundación Berea Internacional, que para muchos es sinónimo de casa, hogar, abrigo, abrazo oportuno, mirada constante, es decir, la mano que da sin recibir ni esperar nada a cambio.
Mercedes de Barrera, fundadora y actual directora explica lo que allí se lleva a cabo, día a día.
“Tenemos una gran cantidad de niños, niñas y adolescentes en situación de riesgo e incluso personas especiales que aquí los recibimos y le ofrecemos calor de hogar”, dijo Mercedes de Barrera.
“Desde acá proporcionamos diferentes servicios, para grandes y chicos, aunque nuestra prioridad siempre han sido los niños. Existe lo que llamamos Escuela para padres, que son asesorías a los adultos y así cuando lleguen a casa puedan brindar un clima de armonía en el hogar. Atendemos a 100 semanales”, explicó.
Con esa premisa se crea la Fundación Casa Infantil Berea Internacional y nace una entidad de abrigo en el cual se encuentran 30 niños, pero esa cantidad también es variable. Allí se les asegura el derecho a la salud, a la alimentación, a los estudios, a la recreación.
De igual forma manejan una institución que recibe a 70 niños en extrema pobreza, quienes diariamente asisten y se les da alimentación y educación, hasta que regresan a sus hogares.
La Defensoría del Niño también funciona en este espacio. Lunes y martes reciben los casos de atención y asesoría. Miércoles y jueves son los actos conciliatorios y los viernes se dedican a la administración. En esta oficina son atendidos semanalmente 40 casos.
Existe la Escuela para Parejas, para Niños y también para Adolescentes, siendo este último un centro de prevención de drogas, de embarazos precoces, de violencia. Todos los sábados desde las 2:00 de la tarde se imparten los talleres. Y cuando visitan las 500 comunidades las cuales ayudan, las jornadas pueden durar un día o más, dependiendo de las necesidades del sector.
“Abrigamos a 800 jóvenes en un programa que hemos denominado Escápate eligiendo la vida por los valores perdidos. Ellos se convierten en multiplicadores de la formación que han recibido. Son frutos maravillosos los que se recogen. Todo aquel que necesite ayuda puede ver a Berea como su hogar”, manifestó la señora Barreras.
La fundación nace en 1975 en Sipanao un lugar que queda entre la frontera de Venezuela y Colombia. Allí quedó un espacio para ayudar a los niños del sector.
Luego se vienen a Barquisimeto en 1980 y recorren el sector de Ruiz Pineda, donde conocieron las necesidades y las abordaron con talleres, cursos y jornadas de ayuda a los más desposeídos.
Desde hace diez años se encuentran en la Libertador con 51 y desde allí han emprendido una labor que debe ser respaldada y no demolida por caprichos ni intereses de grupos políticos.
Fotos: Dedwison Álvarez
