REFLEXION
Un saludo especial para Ana Orellana y su hermano Eliécer, fieles lectores de esta columna.
La verdad, no sabemos a ciencia cierta, si la enfermedad del presidente era real o está prácticamente curado. Solo ellos y Dios lo sabrán. Lo que sí sabemos con certeza, es la actitud asumida por los cristianos en relación con esta enfermedad y la actuación que le asignan a Dios en el asunto. Por cuanto, hemos oído con horror, a algunos cristianos admiradores del presidente y a otros tantos que le repudian, asumir la misma actitud pública sin ningún rubor.
Unos, se rasgan las vestiduras en defenderle, y otros, no se preocupan un ápice, al mostrar su odio por él. Ambos, con sus opiniones, muestran sus erradas convicciones, al presentar un Dios de carácter cruel e indolente. Sus argumentos, dan la razón a aquellos que no creen en el Altísimo y si acaso aceptan que existe, convienen con ellos, que es un Dios, que desde el cielo está pendiente de ver cuál de sus criaturas falla, para cobrársela, mandarle la muerte o una calamidad con la cual sufra lo indecible hasta morir. !Error!
Si, es triste oír cristianos, que supuestamente conocen al Dios del cielo, que se manifestó entre nosotros, en la persona de nuestro Señor Jesucristo, decir con alegría, que Dios mandó esa enfermedad terminal al presidente, porque se ha portado mal y esperan ansiosos su muerte que está más cerca. Porque aprobó leyes que afectaron sus intereses y por ello merece que se muera. Y triste también es, oír cristianos, afectos sentimentales al primer mandatario, que Dios ha sido injusto con él y con el país. Con el pueblo pobre y la clase media, que tan favorecidos han sido, con las políticas que implantó. Que más bien debería “pulverizar” a los opositores.
Es increíble, como el enemigo de la Salvación del hombre, ha puesto en la mente, la boca y la personalidad de los cristianos, ese criterio errado, de tener un Dios castigador. Es lastimoso ver cómo, quienes fueron llamados, para que anunciaran las bondades y el carácter de un Dios de amor, le asignen un carácter cruel y vengativo. Eso se debe, a la pasión y la entrega que estos cristianos hacen de la política. Llenan su mente, su vida y sus pensamientos con el tema presidencial, testificando en público como la única opción en sus vidas. Se auto convencen y le dan carácter “divino” a sus opiniones, argumentando que Dios necesita que el hombre se quede, por lo bueno que ha sido o que se muera por lo mal que ha gobernado.
La verdad no entiendo, cómo cristianos que han nacido en el evangelio, con tantos años predicándolo. Que se ufanan de conocer bien la Palabra, que se consideran eruditos y Grandes Ligas del Evangelio, puedan concluir que su Dios. Quien dio al Unigénito como ofrenda por nuestra Salvación. Quien se humanó para poder morir en la cruz del calvario, la muerte mas horrenda para perdón de nuestros pecados. Que no ha venido todavía, esperando que muchos procedan al arrepentimiento, pueda tener ese carácter castigador o inclemente, para sus criaturas.
Los cristianos que odian al presidente aunque lo disimulen y los cristianos que le aman, hasta odiar a sus hermanos que le adversan, aunque lo nieguen, están en una misma posición. !No conocen al Dios de la Biblia!. Al que murió en la cruz del calvario por el pecador. Nuestro Señor Jesucristo está ausente de sus vidas, por lo cual, guardan en sus corazones estas tristes convicciones que enseñan a otros, por lo cual, darán cuenta de ello. Y esto sucede, por cuanto no han tenido una experiencia personal con Cristo. El Señor se lo dijo de manera directa y sentenciadora a los líderes de entonces. Y lo repite hoy también. «Generación de víboras, ¿cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.” Mat.12:34. !Cierto! Si no nos llenamos diariamente de su palabra, sino que andamos permanentemente cazando, en los medios de comunicación opositores o afectos al gobierno, lo que dicen del presidente. ¿En qué vamos a pensar?.¿De qué se va a llenar nuestro corazón y qué va a salir en abundancia por nuestra boca? “Trapos de inmundicia”
Dios, en la pluma de los escritores inspirados, sigue con la amonestación, para que rectifiquemos y honremos la profesión para la cual fuimos llamados: La predicación de su Evangelio «Os digo que en el día del juicio, los hombres darán cuenta de toda palabra ociosa que hablen. «Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado» Mat.12:36,37. !Hasta el martes, Dios mediante! Próximo título: “De políticos y cristianos” “Es imposible gobernar rectamente
al mundo sin Dios y la Biblia”. George Washington.