Pensar
Durante los últimos 50 años, como promedio, la esperanza de vida al nacer aumentó casi 20 años a nivel mundial, de 46,5 años en 1950-1955 a 65,2 años en el 2002. No obstante, este indicador tiene contrastes; la esperanza de vida al nacer para las mujeres de los países desarrollados pasó a situarse en 78 años, mientras que para los hombres del África subsahariana disminuyó a 46 años, debido principalmente a la epidemia de VIH/SIDA.
En el 2007, de 58 millones de defunciones registradas en todo el mundo, 7,6 millones se debieron al cáncer. Más del 70 % de todas las muertes por cáncer se producen en los países de ingresos bajos y medios, donde los recursos disponibles para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad son limitados o inexistentes. Catorce millones de personas mueren por enfermedades infecciosas y parasitarias; el 90 % de ellas viven en países pobres. Las enfermedades infecciosas que más contribuyen a la mortalidad en estos países son las diarreas, las infecciones respiratorias agudas, la tuberculosis, las enfermedades transmitidas por vectores (principalmente malaria, dengue y la enfermedad de Chagas),
Según muchos investigadores, gran parte de los síntomas como los dolores de cabeza, fatiga, problemas gastro-intestinales, debilitamiento del sistema inmunitario y hasta perturbaciones de orden sexual, que surgen sin relación directa con una patología concreta, ocurren como consecuencia de nuestro estilo de vida «moderno». Tales disfunciones pueden desencadenar posteriormente enfermedades como artritis, alergias, obesidad, problemas de piel (acné), cáncer, afecciones cardiovasculares, entre otras. (Revista Sentidos, Primavera de 2006. Lisboa).
La medicina dominante en la actualidad no responde a parámetros altruistas, sobre el bien, la salud humana. Es un negocio, forma parte principal del negocio de las ciencias, desde las carreras universitarias, la profesión, los hospitales y clínicas, la empresa farmacéutica, el servicio de seguro, hasta la funeraria, forman parte de una red que vive alrededor de la enfermedad y la muerte, no de la salud. La mayoría de investigaciones y avances en medicina están en aquellas aéreas que son más rentables.
Ivan illich (1978), en su obra Némesis Médica, para referirse a esta espiral autorreforzante de retroalimentación institucional negativa de la medicina moderna. El autor insiste y en cierta forma da continuidad a la obra de Fromm, al afirmar que buena parte de los problemas de salud actuales tienen en la destrucción del ecosistema sus principales causas.. Illich, es considerado un radical en su postura crítica a las ciencias modernas y fundamentalmente a la medicina, a la que no duda de acusar de haber causado- en su crecimiento violento de los últimos cien años- mas daño que beneficios en la salud humana. Para el autor, los principales problemas de salud, además de las deviaciones de la medicina, tienen como principal causa la pobreza, la violencia, las guerras, los accidentes automovilísticos y en el trabajo, y fundamentalmente la poca educación (P.22).
Junto al trabajo alienado (plusvalía) la medicina ha jugado un papel importante en la alienación del hombre, perdiendo sentido de propiedad de su corporalidad. Por haber sido despojado desde hace mucho tiempo sobre el tema de la salud, es decir, del funcionamiento de su propia vida por parte de la medicina y los médicos, por desconocer su cuerpo y mente, no solo depende de lo que estos les indiquen sino que además los endiosa, justifica todas sus acciones, legitima su accionar: El mismo grado de profesionalización, híperespecialización, y por tratarse de lo que debería ser la ciencia para la vida, la mayoría de la población tiene y valora altamente el trabajo de la medicina. (Continuará…)