El expresidente de la Cámara Petrolera de Venezuela y exdirector de Pdvsa, Hugo Rafelli, señaló que por el momento es imposible conocer cuáles fueron las causas que originaron la explosión en la refinería de Amuay. “Los motivos que causaron el accidente todavía nadie lo sabe. Una vez que se apaguen las llamas se hará una investigación exhaustiva para que se asignen responsabilidades. Emitir una opinión sería irresponsable, muy prematuro y especulativo”, indicó.
Explicó Rafelli que la industria petrolera está sometida a alto riesgo como principio básico, porque maneja hidrocarburos y materiales extremadamente sensibles.
“En el caso de la refinación, es todavía más exigente todos los protocolos que existen para operar la planta. Amuay, el parque refinador más importante del mundo, sí contaba con un mantenimiento constante. Es una irresponsabilidad decir lo contrario. Quienes conocemos la industria, sabemos que hay protocolos en operatividad muy exigentes”.
Aunque este tipo de siniestros son indeseables, expresó, ocurren debido al alto riesgo que presenta la naturaleza de la actividad. “En el pasado observamos muchos siniestros similares y de mucha gravedad. La planta Lama a inicios de los 90, ubicada en el centro del Lago de Maracaibo, explotó, y todavía no se sabe el número de víctimas. Lo mismo ocurrió en Tacoa. Hay que tener un poco de prudencia, que no haya tanta ligereza en las opiniones pues se le está haciendo mucho daño a la industria”.
La experiencia le permite a Rafelli considerar que no todas las áreas de la refineradora resultaron afectadas con la explosión. “El siniestro ocurre en un patio de tanques de petróleo, de gases y de nafta. Es posible que varias plantas de procesamiento no sufrieran daños. Por ello, es necesario sofocar las llamas, para reponer los inventarios y determinar los daños. Lo más lamentable que ha ocurrido es la pérdida de vidas humanas, porque lo material se recupera en cuestión de semanas”.
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