Este domingo, en helicópteros, llegaron los cuerpos de los cinco efectivos larenses de la Guardia Nacional Bolivariana, un infante y un educador, fallecidos en la explosión de gas ocurrida en las instalaciones de la Refinería de Amuay, en el Complejo Refinador de Paraguaná, durante la madrugada de este sábado. El dolor embargó a los familiares que los recibieron en la Unidad de Apoyo Aéreo de la GNB.
Los primeros cuerpos fueron el mayor Kelvin Medina, de 36 años, y su hijo de diez años de edad. El oficial tenía dos años en el Destacamento 44 de Punto Fijo, luego de que fuera trasladado del Comando Regional 4. Se desempeñaba en servicios sociales.
La esposa del militar, severamente herida, también fue trasladada en la mañana de este sábado a Barquisimeto. Aunque su estado es estable, se encuentra bajo vigilancia médica en una clínica privada. Presenta contusión en el tórax, herida en la cervical, golpes y quemaduras.
Domingo Medina, padre de Kelvin, recuerda a su hijo como un hombre dedicado enteramente a su familia.
Los restos de padre e hijo fueron velados en la sala Santa Rosa de funeraria Divina Pastora, ubicada en la avenida La Salle. Se espera que la tarde de hoy sean llevados al Cementerio Metropolitano.
En la sala contigua, los familiares de las víctimas también lloraban la pérdida de Carlos Luis Rodríguez, de 34 años edad, quien era cuñado de Medina y se encontraba de vacaciones en su casa desde el pasado martes. Luis Márquez, tío de la víctima, señaló que se desempeñaba como educador.
Dolor en Santa Rosalía
Con 28 años de vida, Jhondeiver José Ramos tenía el rango de sargento mayor de tercera y desde hace dos años se encontraba destacado en Punto Fijo. Sus restos fueron llevados a la casa de su familia en el sector Santa Rosalía, en la vía hacia Quíbor.
Su padre Mario José Ramos, y su hermana Lemnys Ramos, contaron que antes del estado Falcón, Ramos estuvo en Ciudad Bolívar y otras ciudades del oriente del país. Deja a un niño de tres años.
“Era un buen padre, buen hijo y buen hermano; nadie aquí tuvo nunca una queja de él, ni siquiera cuando estaba en el kínder”, dijo el acongojado padre, quien siempre tiene presente la determinación de su hijo de formar parte de Guardia Nacional, hace siete años.
A las 3 y 50 de la tarde, en el segundo helicóptero, llegaron los cuerpos de los sargentos de primera Deiluis Manuel Acosta Álvarez, Elvis Canelo Gutiérrez y Ermenes Polanco Pérez.
Acosta Álvarez fue inmediatamente trasladado a la funeraria Laya, en Cabudare; mientras que Canelo Gutiérrez fue llevado al sector Manzanita, en el estado Yaracuy. El cuerpo de Polanco Pérez fue velado en el sector La Batalla de la ciudad de Acarigua.
Llegaron en la tarde
La casa de la familia de Álvaro Naím Romero Gómez (21), ubicada en la carrera 15 con calle 51, estaba llena de parientes y amigos que no salían de su asombro ante la pérdida del sargento segundo, quien apenas tenía nueve meses en la GNB.
Yumarbey Romero, hermana de Álvaro, señaló que el joven se encontraba en el área de dormitorio cuando sucedió la tragedia. Álvaro era ingeniero y trabajaba en la construcción de casas uruguayas.
A las 5:30 de la tarde de ayer llegó el cuerpo de Álvaro, de igual forma trasladaron el cadáver del alistado Arturo Sánchez Soto, quien también es de la entidad larense.
Fotos: Ángel Zambrano/GNB