A las 8:10 de la noche del viernes, Jhonson Randy Pérez Sira, de 18 años de edad, salió de su residencia ubicada en las calles 8 y 9 del sector Las Delicias de Santos Luzardo, al norte de la ciudad.
El joven le dijo a su padre que iría para que su novia y salió en compañía de dos amigos. Los muchachos caminaron hasta la plaza y de allí se devolvieron porque notaron la presencia de unos motorizados un tanto sospechosos. Estaban a cuadra y media de la casa de Pérez Sira, cuando el par de motorizados aceleró la marcha y alcanzó a llegar hasta donde estaban los jóvenes y dispararon en repetidas oportunidades.
Félix Pérez, quien escuchó las cuatro detonaciones se alertó, sabía que su hijo estaba en la calle, agarró su teléfono celular para llamarlo y cerciorarse que todo estaba bien, pero en ese momento escuchó los gritos de los vecinos y vio cuando traían a su hijo en brazos. Estaba mal herido, Pérez lo montó en su vehículo y lo traslado hasta el seguro de Barrio Unión.
“Me duele, me duele”, eran las únicas palabras que repetía Pérez Sira, el muchacho fue estabilizado en el seguro, presentó un disparo en el pecho y por su estado fue remitido hasta el Antonio María Pineda en donde falleció a los diez minutos de haber ingresado.
Pérez, cuenta que su hijo no tenía problemas con nadie era el segundo de tres hermanos, por ahora trabajaba con ellos en la actividad de orfebrería y estudiaba Administración Empresarial en el Fermín Toro.
Manifestó el padre que la zona en donde balearon a su hijo es bastante oscura y por ello cree que lo confundieron, está claro que en el estado hay mucha inseguridad, pero confía en las autoridades, aunque manifiesta que ellos también están de brazos atados, indicando que hasta los funcionarios los están matando. Pero lo que sí tiene presente es que arriba se encuentra Dios y será él quien se encargue de hacer la justicia.
Fotos: Ricardo Marapacuto