Este gobierno le ha dado la espalda a sus trabajadores en el peor momento posible. Esta noticia no es nueva, sin embargo resulta sorprendente como cientos de trabajadores se ven perjudicados por las decisiones que salen desde Miraflores y después aplauden y le juran lealtad al comandante.
Froilán Barrios, presidente del Movimiento Laborista, afirmó esta semana que existen 400 convenciones colectivas vencidas. El Servicio Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat), el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el Fondo de Garantía de Depósitos Bancarios (Fogade), la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), la Siderúrgica del Orinoco (Sidor), y Venezolana de Aluminios (Venalum), son sólo algunas de las cientos de empresas que, por órdenes de la cúpula chavista, no han renovado su contrato colectivo.
Esto evidentemente tiene su consecuencia natural: la protesta. Desde Enero hasta Julio se han registrado 1.200 manifestaciones de trabajadores según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS). Según su informe, “los reclamos laborales representan 44 por ciento del total de dos mil 724 protestas ciudadanas realizadas en el país en los primeros siete meses del año”.
Esta semana fue muy particular para los trabajadores rojos de Guayana. El presidente saliente se encontraba en su tradicional cadena de radio y televisión en la central hidroeléctrica Caruachi, en Guayana, cuando de pronto la exigencia de los trabajadores para la discusión del contrato de Sidor interrumpió toda la parafernalia y obligó a cortar la cadena. Sin embargo, lo más curioso de todo, fue que mientras ocurría la protesta también le juraban lealtad al presidente “en las buenas y en las malas”.
Lo mismo sucedió con los trabajadores del Abasto Bicentenario. Los trabajadores protestaron esta semana en el centro de Caracas para exigir la discusión del contrato colectivo que tiene más de seis años vencido. José Rivas, uno de los trabajadores de la red dijo: «Denunciamos el maltrato verbal y físico y el atropello a los trabajadores, nuevos y viejos, por parte de los directivos de la empresa. A nosotros nos tienen engañados, nos ofrecen cuestiones y no nos las han dado». Sin embargo en la protesta se leían carteles que decían: “Presidente estamos con usted”, “Presente y consecuente con la revolución” y hasta “ Viva Chávez”.
Francamente la inconsistencia de los trabajadores es ridícula. Por un lado protestan y reclaman sus derechos y por el otro aplauden a la misma persona que es responsable de su situación actual.
No podemos ni debemos generalizar a todos los trabajadores de estas empresas. Si bien es cierto que muchos coquetean con la bipolaridad por los constantes e inexplicables cambios de actitud y de argumentos que utilizan, también hay muchos trabajadores críticos y serios que están cansados de las mentiras, el engaño y las promesas no cumplidas, y no tienen este comportamiento.
Esto le pasará sin duda alguna factura al presidente saliente el 7 de Octubre…
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