La idea forma parte de un proyecto que aspira a concretarse con motivo de los cincuenta años de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado. Está sustentada en un proyecto de rescate del Paseo Universitario “El Estudiante” (Primera Etapa) que fue presentado por la Ingeniera Liana Arrieta de Bustillos, profesora del Decanato de Ingeniería Civil, el cual resultó seleccionado dentro del Concurso 100 Ideas para Juntarnos, promovido por este diario.
Los antecedentes del proyecto en cuestión, se remontan al año 1979, cuando la Dirección de Planta Física de la Universidad, a cargo precisamente de la citada profesora, obtuvo el respaldo del Ministerio de Desarrollo Urbano, MINDUR, y del Concejo Municipal para que se acometiera la remodelación de la zona del rectorado del Alma Mater Larense.
Ese proyecto original, como lo sustenta la documentación correspondiente, contemplaba la integración de cuatro (4) calles adyacentes al edificio del rectorado a las diferentes instalaciones, cuyo uso era vehicular, por lo cual resultó un verdadero logro, al menos parcial, que se permitiera la construcción del boulevard, incorporando espacios académicos al mismo. De esta manera, se dispuso de pavimentos de adoquines, pérgolas, enredaderas, tarimas, bancos para el descanso, e iluminación.
Lamentablemente, con el paso del tiempo y de forma acelerada, la falta de mantenimiento, además del seguimiento y control de uso, hicieron que el boulevard se deteriorara y presente hoy en día, una fachada desagradable y deprimente de la universidad y de la ciudad. La motivación inicial – se agrega – que originó la intervención del espacio urbano desapareció, su mobiliario no existe, casi todas las plantas se secaron, y la tarima prevista para presentaciones, dejó de cumplir a cabalidad la función que se le asignó.
Entre las acciones propuestas para el rescate de la referida zona, se contemplan:
1. Incorporar al área existente, el desarrollo de una tercera calle (la que va del Edificio del rectorado, parte posterior, a la Avenida Morán.
2. Rediseño espacial de 3 de la 4 calles que originalmente se integraban en el boulevard.
3. Adecuación del espacio a las nuevas técnicas constructivas y parámetros de diseño de áreas públicas: Repavimentación con materiales duraderos y más idóneos que ameriten menos mantenimiento, dotación de bancos, luminarias, pérgolas, arborización, pizarrones, carteleras, entre otros.
4. Gestión ante las autoridades competentes para cambiar de uso vehicular a peatonal una de las calles restantes, restringiendo el acceso de vehículos para el uso de estacionamiento.
5. Diseñar e implementar una política de sustentabilidad en cuanto a la conservación y mantenimiento del boulevard, con la participación de todos los sectores beneficiarios, incluyendo, por ejemplo, a estudiantes, demás integrantes de la comunidad universitaria, consejos comunales, comerciantes, etc.
6. Involucrar a la Dirección de Cultura y los Grupos Organizados de la UCLA, junto con los demás sectores de la ciudad que estén interesados, en la elaboración de una programación permanente de este tipo de actividades, como una de las vías para garantizar su funcionalidad y nuevo uso.
7. Diseño y ejecución de un sistema de vigilancia y seguridad permanente patrocinado por la Universidad, con el apoyo del sector público y del sector privado.
Resulta evidente, en tanto lugar de encuentro, el impacto social que podría generar este proyecto en la calidad de vida de la comunidad, de sus integrantes y su potencialidad.
La Comisión encargada del proyecto de rescate, coordinada por la profesora Liana de Bustillos, cuenta entre sus integrantes con la representación de: Zaida Castro (Decanato de Ingeniería Civil); Douglas Brito y Juvenal Mora (Dirección de Seguridad de la UCLA); Marcos Jiménez y Antonieta Tagliaferro (Dirección de Extensión de la UCLA); Rafael Hernández (Dirección de Servicios Generales de la UCLA); Elsy Mascareño (Dirección de Cultura de la UCLA); José Guillermo Rodríguez (Guardianes G y P); Juan Manuel Granda (Arquitecto); y Ofelia Canelón (Auditorio Ambrosio Oropeza).
Es loable el esfuerzo tesonero por sacar adelante esta iniciativa, en los cincuenta años de vida de una institución, cuya política de planta física y construcción de un verdadero Campus Universitario, muestra los altibajos propios de la visión rectoral que le ha tocado.